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PUBLICADA EL 14 DE SEPTIEMBRE 2009

Carta de compasión y amor

A veces, estamos preocupados por lo que el mundo piensa o pensará de nosotros y es inútil hacer caso de ello porque, lo que de verdad importa, es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos.
(DIARIOC, 16/09/2009)Cuando era pequeño, todas mis intenciones giraban en “JAMÁS, HERIR” pues en mi infancia fui herido. Esta no es una situación que desea uno para sí mismo pero, muchas veces, sí la deseamos para los demás. ¿Por qué? Quizá como un modo de vengar nuestros sentimientos inmaduros frente a situaciones muy difíciles.

La vida y el Universo entero han conspirado a mi favor, pese a todo. Hay muchos detalles que no puedo más que recordar pensando “ya pasaron” y, entonces, continúo.

Desde muy pequeño he deseado dar amor a las personas aunque no porque me lo negaron a mí, pues yo experimenté, en los primeros años de mi vida, el amor de mi madre y de mi padre.

A medida que crecía, la espiritualidad era algo espontáneo en mi corazón. Amar, ser compasivo, llorar cuando un animalito moría o cuando un árbol era destruido innecesariamente… Hoy, tengo 35 años y he logrado exponer mi fe en Dios y mis criterios sobre la existencia, ya que yo soy el único testigo de mí mismo y nadie más.

Creo que, a la gente que nos ofrece los mejores regalos de la vida, hay que premiarlas, ya que sus obras son maravillosas. ¿Quiénes son esas personas que nos dan esos tesoros? Los maestros, los artistas, las enfermeras, los bomberos, la policía… y, por sobre todo, las madres que nos ofrecen el mejor regalo: la VIDA, el AMOR y la LIBERTAD. Son todos los que suman y que no restan, quienes nos conectan y nos permiten un mundo mejor.

Como sociedad, pasamos enojados mucho tiempo con el mundo y, a medida que lo hacemos, el mundo se convierte en lo que aborrecemos, ya que es eso mismo lo que proyectamos al estar enojados. Jamás he guardado odio ni rencor hacia otros. Pude haberme molestado, pero jamás llegué más allá, pues es un camino muy difícil de abandonar si lo permitiera, con todas las consecuencias que ello implica.

Es hora de que nos perdonemos a nosotros mismos y de decirnos “yo me perdono por percibir de esta manera la realidad que vivo”. En cuanto lo hagamos, surgirá el contento que nos lleva a la PAZ interior. Quiero decirles a todos aquellos que deseen escucharlo, que estoy dispuesto a sentir, pues es el modo en que Dios se comunica con nosotros.

“AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO”

¿Le suenan esas palabras en sus oídos? Yo soy su prójimo, la gente que está en la cárcel, su vecino y usted mismo lo es. ¿Cuál es el grado de conciencia que tiene acerca de esta verdad?

Oh, mundo!, que la injusticia que muchos padecemos sólo separe lo real de aquello que no lo es.

Todos sabemos que algo es verdad, por cómo nos sentimos. Dios es amor, ¿está de acuerdo con ello? Si es así, ¿cómo es que tenemos pensamientos destructivos hacia quienes, según nosotros, están equivocados?

¿Cuántas personas a nuestro alrededor tienen que caer y ser destruidas para que nos demos cuenta de que únicamente estamos, como sociedad o individuos, intentando destruirnos a nosotros mismos? Sanemos nuestros corazones y seremos libres. Creo poderosamente en que el AMOR es la respuesta a lo que nos está pasando.

Durante estos cuatro últimos meses, he pasado muchos momentos difíciles, donde la oscuridad, la maldad y la poca objetividad se galardonaba. Pese a todo, no he guardado rencor hacia nadie. Pueden decir lo que deseen, mas sólo yo sé cómo soy, y también aquellos que, de verdad, me conocen.

En épocas de preocupaciones, de miedo, decidimos olvidar que Dios nos ha indicado: AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. ¿Por qué? Hay una pregunta que sería bueno que usted –sea de la religión que sea o de ninguna- responda: ¿Qué haría el AMOR en este momento?

¿Cómo amar a nuestro prójimo, destruyéndolo? La justicia está en nuestro corazón. Sé que todos sufrimos pero, la verdad es que el sufrimiento no es el problema sino cómo respondemos ante él, lo que hace que se tenga una u otra experiencia a su lado.

Sé que lo que en estos meses me ha pasado, es sólo lo que me ha pasado y lo que he decidido sentir es mi responsabilidad.

Estando en la cárcel, una persona, sea o no culpable, produce en la sociedad un contento desolador ya que así tapamos nuestra propia miseria como seres humanos. Jamás la condena dará transformación a un alma, sin embargo, el perdón, el amor, la compasión y la contención, con seguridad lo harán.

¿Sabe qué se siente cuando nuestra sociedad nos abandona? Yo, sí… una profunda compasión. Jamás me castigaré o castigaré a otro por no tomar la oportunidad que Dios le puso enfrente. Dios tampoco lo hará, Él jamás haría eso. ¿Cómo creer que el AMOR de Dios es así?

Dios sólo desea que yo, que usted y que los demás seamos felices, aunque eso no será posible si nos seguimos maltratando del modo en que lo hacemos. A Dios no le preocupa su éxito humano o el mío, eso es tan sólo nuestra preocupación. Por tal razón, lo invito a que viva la vida y que se aleje de querer ganarse la vida. Pronto, todo acabará y descubrirá que las cosas más importantes no fueron disfrutadas.

Tenemos tan poco tiempo. ¿Por qué desperdiciarlo en aquello que nos distrae de nosotros mismos? ¿Cuántas cosas no le gustan y las hace igual y así desperdicia su vida? Piénselo un momento. ¿No extraña estar regocijado en su bien mayor?

En la cárcel siempre he hecho lo que más me agrada: amar a todos. Una sonrisa a un celador, ayudar a un interno… También, he pensado cosas positivas y sanas. Ofrezco lo mejor que Dios ha puesto en mí. No veo lo que no tengo que ver, no hablo lo que no tengo que hablar, de lo contrario, estaría muriendo y no disfrutando la vida que Dios me ha dado. Sé que tiene el derecho a la duda y al miedo, pero, ¿cuándo dejaremos que nos hagan tener una vida cimentada en la duda y el miedo?

En nuestra Comunidad, estamos más ocupados en vivir la vida que pasa fugazmente que en preocuparnos cómo llegar a fin de mes, cada mes. Hay que confiar en que Dios todo lo ofrece y que, si amamos y damos esta energía de todos los modos posibles a cada uno, un torrente de prosperidad abarcará nuestra existencia.

Piénsenlo señores abogados, jueces, periodistas, gobernantes y sociedad, pueden tenerme preso toda la vida, a mí y a muchos más pero eso nada cambiará la verdad que ustedes saben. Estamos a tiempo. Hasta aquí he llegado yo, ahora les toca a ustedes.

Con amor, Maestro Amor

Publicado en la pagina: maestroamor.com.ar

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Comentarios de nuestros lectores: (2)
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AMOR?
Por: Lorena el 16-09-2009 a las 11:46
Que entiende por "AMOR" este tipo? por DIOS que quiere inventarnos? por suerte el dios de este tipo no es mi DIOS, degenerado aprovechador aprende a vivir tu sexualidad sin perjudicar, usa tu trasero con responsabilidad... DAÑINO!! solo espero que la justicia de los hombres te castigue como la divina ya lo hizo
Por: Delll.. el 08-10-2009 a las 23:10
me parece que para hablar y opinar de este tema hay que conocer a fondo todo lo que hay en el medio! yo no creo que sea cierto todo esto de lo que se le acusa, sino no tendria tanta gente (y por lo que se es gente con estudios y amplios conocimientos) que lo acompañe y este a su lado... creo que no hay que opinar para degradar a la gente xq acuerdense que "con la misma vara que midas serás medido"!



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