A las 8.50, hora en que se produjo el movimiento telúrico, la Sagrada Imagen fue trasladada desde el Presbiterio hasta la urna ubicada en el atrio de la Catedral Basílica, donde se realizó la celebración eucarística.
Una importante cantidad de fieles y delegaciones de colegios se dieron cita en el Paseo de la Fe, junto con las autoridades, encabezadas por el Señor Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Dr. Ricardo Gaspar Guzmán; los ministros de Educación y de Desarrollo Social, Ing. Eduardo Galera y Dr. José Vega, respectivamente; la legisladora provincial Martha Grimaux de Blanco; la diputada nacional electa, Prof. Blanca Monllau; el presidente del Concejo Deliberante, Dr. Simón Hernández (h), entre otros funcionarios provinciales y municipales.
La Santa Misa fue presidida por el Vicario General de la Diócesis, Pbro. Julio Quiroga del Pino, y concelebrada por el Delegado Episcopal del Santuario y Catedral Basílica, Pbro. Domingo Chaves; el Vicario Episcopal para la Educación, Pbro. Víctor Hugo Vizcarra; entre otros sacerdotes del clero diocesano.
Durante su homilía, el Padre Julio Quiroga del Pino recordó que “hace cinco años experimentamos la protección de Nuestra Madre del Valle, el día del sismo, y no queremos dejar de dar gracias al Señor por la asistencia de la Virgen María, quien es Madre desde antes de la fundación de Catamarca, y hacedora y formadora de una vida cristiana”.
“Damos gracias a Dios -expresó- en este 5º aniversario en que fuimos rescatados de lo que pudo ser peor, en cuanto a las consecuencias materiales y personales; a la vez que damos gracias y nos preguntamos si caminamos en la presencia del Señor”.
Antes de finalizar la Santa Misa, el Vicario General de la Diócesis catamarqueña transmitió el saludo del Señor Obispo, Mons. Luis Urbanč, quien se encuentra realizando su visita pastoral a la parroquia San Roque Norte, en el departamento La Paz, desde se unió en la oración a todos los catamarqueños durante esta jornada.
Posteriormente, la Imagen de la Patrona de Catamarca fue saludada con pañuelos en alto y fuertes aplausos antes del ingreso a la Catedral para ser colocada nuevamente en el Camarín.
