En el momento de su homilía, Mons. Miani recordó el día en que fue ordenado a los pies de María, en el Día de la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América.
“Simplemente estoy aquí para dar gracias a Dios por este don del cual me siento indigno. Uno tiene que descubrir que es el Señor quien interviene para hacer lo que le dice el ángel a María: ‘Para Dios no hay nada imposible’”, manifestó mencionando luego que “el Cura de Ars se había acostado hombre y por obra del Espíritu Santo se había levantado sacerdote. El Espíritu Santo hace lo que quiere, y uno no puede menos que abandonarse”.
“En otro tramo de su predicación, el Obispo Emérito dijo: “Yo no tendría que haber estado celebrando las Bodas de Plata Episcopales y las Bodas de Oro Sacerdotales, pero estoy aquí. Y es para dar gracias. Celebrarlo en Catamarca es algo especial, y veo una concreción de mi servicio episcopal en un pueblo determinado, y al pie de la Virgen”, indicó.
También afirmó que “la Virgen es quien nos llama a hacer una Iglesia, más la Iglesia de Catamarca, que se prepara para celebrar el Centenario. Y tenemos que hacerlo desde la perspectiva de la mirada de la Virgen. En este mirar de María, tanto la mirada preferencial como la mirada amorosa y genuina de Madre, para que estemos como hijos; quiero dar gracias con todos ustedes en este nuevo año de sacerdote”.
Finalizada la celebración eucarística, Mons. Elmer Miani fue saludado por los presentes.