Sin embargo, a pesar de su éxitoso momento, es imposible no indagar sobre su oscuro pasado y las fuertes adicciones que le hicieron tanto mal. En un reportaje con la revista Rolling Stone, Cid dio a entender que sí consumió paco, como indicaban los rumores.
“Y… algo de eso hubo (silencio). Hace poco leí una frase que dice: ‘Si mirás mucho tiempo al abismo, el abismo te devuelve la mirada’”, respondió la actriz, tras ser consultada sobre el consumo de esta droga tan dañina.
A cerca de la marihuana, Cid volvió a sincerarse y reveló que “no le gusta el porro”. “Me pone mal, me pega al revés de todo el mundo. En vez de dormirme o darme risa, me da paranoia”, explicó.
Sobre los motivos que la llevaron a quebrar, Cid reconoce problemas a nivel familiar que siempre estuvieron latentes hasta que un día estallaron. “Como trabajo desde muy chiquita, siempre tuve la inercia de seguir, seguir y no querer abrir los ojos. Hasta que cuando lo hacés, ves todo y entrás en crisis. Y lo interesante es eso, verlo, dar un rulo y cerrarlo para que no te siga condicionando. Fue catártico”, explicó.
Pero el 2010 la encontró distinta, con proyectos laborales, mejor estado anímico, el apoyo incondicional de Emmanuel Horvilleur –padre de André, hijo que tienen en común-, una "limpieza total" y 20 kilos demás producto de la medicación que debía tomar para dormir.
“Soy una persona que no puede dormir, no tengo sueño nunca, mi sueño es químico. Y también engordé por la ansiedad: hubo días en los que me daban atracones y me comía ocho alfajores, uno atrás del otro; desesperada con la cara llena de chocolate, un asco. Fue un momento heavy, sin conciencia de lo que hacía”, agregó.
Fuente: minutouno.com.ar