Catamarca
Viernes 29 de Marzo de 2024
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Multitudinario y jubiloso cierre de las fiestas de la Virgen del Valle

El pueblo argentino de largos caminos llegó hasta los pies de la Madre del Valle y en un día de fe y alegría, concluyó el Septenario en su honor, rindiéndole su sentido homenaje de amor y fidelidad.
Desde las primeras horas de la soleada tarde otoñal del 4 de mayo de 2014, devotos de la Virgen fueron encolumnándose por calle Sarmiento al sur, para organizar su paso frente la portentosa imagen de la Reina de este Valle.  A las 17.00, personal de Infantería de la Policía de la Provincia llevó el trono festivo con la Imagen de la Virgen del Valle desde el presbiterio hasta el tarimado emplazado junto al atrio de la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle.  Entonces, las delegaciones de peregrinos, misachicos, instituciones, movimientos, parroquias, agrupaciones, academias, colegios comenzaron su paso frente a la Madre del Valle.

Mientras avanzaban las delegaciones, los cantos jubilosos evidenciaban el clima de fiesta que se vivía en las calles céntricas de la ciudad capital de la provincia. Una vez que pasaron todas las delegaciones por Sarmiento, girando por República hacia el oeste, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, procedió al traslado de la venerada imagen hasta la urna celeste, para dar inicio al recorrido de la Santísima Virgen por las calles de la ciudad, acompañada por sus Guardianes. La urna fue portada por empleados de Vialidad Provincial y de la EC Sapem.

El Obispo Diocesano Mons. Luis Urbanč y sacerdotes del clero local como de otras diócesis del país, se encolumnaron también sumando sus voces a los vivas que se elevaban para honrar a la Madre de Dios, Reina y Señora de todo lo creado.
Así comenzó la Solemne Procesión en honor de la Madre Morena en el marco del Año Diocesano de los Niños y Adolescentes, caminando en el tiempo de la Misión Diocesana Permanente, hacia los 400 años del hallazgo de la venerada imagen, que se cumplirán en el 2020.

Desde Casa de Gobierno, se sumaron a la Procesión el Vicegobernador de la Provincia, a cargo del Ejecutivo, Dr. Dalmacio Mera; el Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, junto a autoridades legislativas, miembros del Ejecutivo Provincial y otros funcionarios.

A continuación se inició el rezo del Santo Rosario, poniendo como intención general a los niños y adolescentes de la Diócesis, quienes son la opción preferencial de este año para la Iglesia de Catamarca. Mientras avanzaba la Procesión, los guías reflexionaban sobre los misterios de Gloria, que cobran especial significación en este tiempo Pascual, leyendo pasajes de los Evangelios.

Las meditaciones de los guías invitaban a pensar en las enseñanzas de la Virgen, que constantemente conducen al pueblo cristiano hacia su Hijo Jesús. Las oraciones y los cantos acompasados por festivos aplausos marcaban el avance de los caminantes que llegaban al Paseo General Navarro o Plaza de la Coronación (La Alameda).

Los niños, protagonistas

Las voces de niños y adolescentes desglosando los padrenuestros, avemarías y glorias de los misterios del Rosario, permitían a la multitud caminante, como a quienes seguían la procesión por televisión, radio y también por internet, tener presente la responsabilidad de los adultos respecto de las nuevas generaciones.

Las columnas seguían avanzando alrededor de La Alameda, para retornar por calle San Martín, mientras vecinos ubicados en techos y ventanas de casas de las calles por donde pasaba la Madre Morena, la saludaban con sus pañuelos, mostrando sus rostros cubiertos de lágrimas. Asimismo, se formaron importantes grupos de fieles en las esquinas por donde pasaba la Virgen, para verla pasar y elevarle sus plegarias.

Cada partícipe de esta tradicional ceremonia, llevaba en su corazón expresiones de gratitud, peticiones, alabanzas y esperanzas que la Virgen recibía transformándolas en gracias y bendiciones.
El comienzo de la Procesión ya se encontraba girando alrededor de la plaza 25 de Mayo,  cuando la Sagrada Imagen daba vueltas por la Plaza de La Coronación, ésa donde la Virgen del Valle fue coronada en 1891. Las delegaciones que ya habían realizado todo el recorrido se fueron ubicando en veredas y espacios disponibles para ver pasar a la Madre cuando vaya regresando a su Santuario.

Alrededor de las 18.30 llegó la venerada imagen de Nuestra Señora del Valle a la plaza principal para girar a la redonda, mientras la Banda de Música de la Policía de la Provincia con sus redobles llenaba de sonidos el aire, los pañuelos se agitaban con fuerza y la emoción cerraba la garganta de cuantos habían llegado a los pies de la Virgen, muchos con gran dificultad.

Al llegar de regreso frente a su Santuario, donde su trono hermosamente adornado la esperaba, la Reina y Señora de este Valle fue vivada por la multitud que no cesaba de darle gracias por su maternal presencia en sus vidas.

Palabras del Obispo


Seguidamente el Pastor Diocesano expresó el mensaje final de estas fiestas marianas, dirigiéndose a la Madre Morena.



Devotos y peregrinos. Muchas gracias, queridos devotos y peregrinos, por haber venido una vez más a compartir con nosotros su rica fe a los pies de la querida Virgen del Valle en ésta su hermosa casa, desde donde incesantemente cuida de cada uno de sus hijos con su materna intercesión ante su amado Hijo Jesús.

Papas Santos. Ahora, querida Madre, en nombre de todos los aquí presentes y de tantos que desde la distancia se han acercado espiritualmente para honrarte, agradecerte y suplicarte, me dirijo a Ti para darte gracias por las preciosas perlas que has forjado en las personas de los santos Juan XXIII y Juan Pablo II, verdaderas luminarias de la segunda mitad del siglo XX; uno convocando el Concilio Vaticano II y el otro impulsando tantas y variadas iniciativas para vivir de acuerdo con este precioso regalo del Espíritu Santo para los tiempos que vivimos: las jornadas mundiales de la Juventud y de las Familias, las jornadas para la santificación de los sacerdotes, el Catecismo de la Iglesia Católica, el Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, los innumerables viajes apostólicos a diversos países en los cinco continentes, el llevar a la Iglesia para que cruce los umbrales del Tercer Milenio Cristiano y el ofrecimiento generoso e incondicional de su vida hasta su último suspiro.

Tierra Santa. Además, te agradezco que, gracias a la generosidad de los hermanos del Camino Neocatecumenal peregriné a Tierra Santa para interiorizarme mejor de esta obra del Espíritu Santo al servicio de la Nueva Evangelización; participar en Roma de la celebración de Canonización de ambos y renovar mi fe y comunión con Pedro en la persona del Papa Francisco, concelebrando la Santa Misa el día de Santa Catalina de Siena, en su capilla de Santa Marta.

Por Francisco y la Iglesia. Tú sabes que contraje una deuda con el Santo Padre, por eso delante de tu imagen y con todos estos hermanos, a los que invito a que se unan a este servidor, te ruego por todas sus necesidades y que le concedas las gracias que necesita para poder guiar la nave de Pedro con clarividencia, mansedumbre, discernimiento y firmeza a fin de que la Iglesia, Esposa de Jesucristo, brille en el mundo como un faro y sea seguro refugio de tantos heridos, agobiados, desorientados, excluidos, desencantados y sobrantes que han ido generando el egoísmo, el materialismo y el consumismo.

Por los niños y adolescentes. El pasado 8 de diciembre te he confiado a todos nuestros niños y adolescentes. Te doy gracias porque has sensibilizado muchos corazones para que se ocupen de esta franja etaria tan preciosa de nuestra sociedad, entre ellos menciono a papás, abuelos, catequistas, docentes, sacerdotes, religiosas, médicos, funcionarios públicos, periodistas, etc., pero ahora te pido que les des constancia y más luces para que cada uno desde su lugar aporte lo mejor de sí para atenderlos y cuidarlos como lo haces Tú con nosotros. Los niños y adolescentes son muchos y con muchas carencias afectivas, económicas, religiosas, familiares, educativas, alimentarias, etc. Te suplico que nos ayudes a darnos cuenta de cuánto importa dedicar lo mejor de nuestros recursos humanos, cristianos, económicos, políticos, educativos, sanitarios y sociales para atender con solicitud y eficacia la generación, gestación, crecimiento, alimentación, socialización y humanización de cada uno de nuestros chicos.

Te necesitamos, María. Recuerda, querida Madre, que tu Hijo Jesús nos ha confiado a tu delicado y amoroso cuidado. Estamos muy agradecidos por todo lo que haces por nosotros, pero lo que quiero expresarte es que no tengas reparos en meterte en nuestra vida para hacernos ver cuando estamos equivocados, o somos caprichosos, o superficiales, o desamorados con Dios y con el prójimo, o perezosos, o indolentes, o duros de corazón, etc. Te necesitamos siempre como Mamá, como Creyente fiel, como Maestra y sobre todo, como Modelo de discípula-misionera de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, el Resucitado que vive para siempre en medio de los hombres.

Por los enfermos. Por último, querida Madre del Cielo, te pido por todos los enfermos que se vuelven confiados a tu poderosa intercesión: confórtalos y cúralos de su incredulidad, de sus miedos, de sus tristezas y de la horrible soledad. Acoge la agonía de los que están en trance de dejar este mundo, consígueles la gracia del arrepentimiento final y la certeza del amor y perdón del Buen Padre Dios, por los méritos de la Pasión, Muerte y Resurrección de tu amado Hijo Jesús, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén

Madre querida, acompaña a todos los peregrinos que en breve comenzarán su regreso a casa. Que lleguen bien y que lleven tu protección a todos sus seres queridos, vecinos, compañeros de trabajo y desconocidos. Que cada uno sea una bendición andante para quien sufre sin consuelo.

Despedida

Tras la alocución de despedida, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y el Himno de Catamarca.
Luego, el Rector del Santuario y Catedral Basílica, Pbro. José Antonio Díaz, anunció la Bendición Papal acompañada de las indulgencias plenarias para quienes reúnen las condiciones para recibirlas. En ese instante, el Obispo Diocesano transmitió la bendición especialísima para quienes viven en Catamarca y para todos los fieles que participaron del Septenario en honor a la Madre del Valle.

Así llegaba el final de la Solemne Procesión, y entre cantos, vivas y la emoción del pueblo, la venerada imagen de Nuestra Señora del Valle fue llevada hacia el interior del Santuario, mientras todos cantaban “Adiós, Reina del Cielo”.
La Virgen volvió a su Camarín para permanecer allí hasta las próximas fiestas en su honor, que comenzarán el sábado 29 de noviembre próximo.

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