En el ensayo publicado por la editorial Ciudad Gótica, Arteaga, crítico de cine en el diario "Rosario/12", ubica los inicios del cine animación en los orígenes del cinematógrafo, merced a diversos aparatos que proyectaban dibujos en movimiento.
"Si los Limière son los padres del cine -expresa- precisemos los nombres de Émile Cohl (1857-1938) y Winsor McCay (1871-1934) como los artífices mayores del dibujo animado".
Claro que en un libro sobre el tema no puede faltar la mención del ítalo-argentino Quirino Cristiani, "de hecho, el autor del primer largometraje de animación mundial, ´El Apóstol´, de 1917".
Y expresa como más adecuada, para referirse al dibujo animado, la denominación de "cine animado", atendiendo las diferencias entre el cine común y las imágenes en movimiento:
"La diferencia radica en que el cine puede filmar la vida misma, mientras que la animación no. Si el cine es la vida misma -porque puede filmar el tiempo-, la animación es su ilusión, ya que necesita simular el movimiento (la vida) de fotograma a fotograma; allí la diferencia, pero también su posibilidad inmensa".
Los inicios de la actividad en Santa Fe están marcados por Luís Bras (1923-1995)
Profesor de dibujo y grabado, fileteador, decorador en carnavales y pionero en publicidad para televisión, que daba clases de dibujo animado en un sótano-taller de Rosario utilizando cubos de cartón, películas veladas, goma de pegar y bloques de telgopor.
Bras podía contar una historia de modo artesanal, valiéndose apenas de rayas, puntos y círculos: en su película "Bongo rock" logra que el movimiento y acción se acoplen a la música, rayando una película de 16 mm, con una púa de fonógrafo, a través de nueve mil fotogramas.
A este pionero en el ámbito de la animación, Arteaga le adjudica "una poética propia, perceptible desde la visión conjunta de sus trabajos; pareciera que un ánimo experimental ´sin redes´ fue su guía. Produjo películas bellísimas, lúdicas, inspiradoras, fue un trasgresor verdadero que se dejó llevar por su pasión; puso su vida en lo que amaba, por ello sus trabajos perduran".
También destacó Bras en la tarea educadora, formando en su taller-sótano a jóvenes como Pablo Rodríguez Jáuregui y Esteban Tolj, considerados hoy referentes del cine animación de Rosario.
Rodríguez Jáuregui, nacido en Santa Fe en 1966, dedicado a la conservación y difusión del trabajo de Bras, integró el grupo de cine "Los Nibelungos": entre muchos trabajos, realizó junto a Gabriel Yuvone la serie en trece capítulos "Capitán Cardozo".
Por su parte, de los trabajos de Tolú, destacan "Boleando Cachimbas" y "El show de los perrolotuditos".
De la experiencia de "El Sótano" a cargo de Jáuregui y Tolj, emergieron artistas de la talla de Florencia Palestra, Luís Lleonart, el historietista Max Cachimba; y Diego Rolle y José Beccaría (BK), integrantes del grupo "El Sótano Cartoons".
En las últimas décadas cobra fuerza el cine animación en Santa Fe, movimiento que posee antecedentes, dice Arteaga, en la tarea de Antonio Berni, Fernando Birri, más los pintores del "Grupo Litoral" en los 50 y una década después el "Grupo Rosario", integrado entre otros por Juan Pablo Renzi y Eduardo Favario.
En los últimos años, la comunidad audiovisual santafecina se mueve por diferentes espacios de Rosario: el Festival Latinoamericano de Video, la Escuela Para Animadores -dirigida por Rodríguez Jáuregui- el Centro Audiovisual y la Cooperativa Animadores de Rosario.
En la ciudad de Santa Fe, por su parte, la tarea la llevan adelante realizadores y animadores como Claudia Ruiz (integra el grupo "El Molinete", al que pertenece el corto "Massmedias"), Juan C. Buhajeruk (se jacta de haber promovido cerca de 500 cortos) autor de "El robot Cebamates", y grupos como "El Triangulo" y "Tembe Cooperativa".
Entre las series destacadas, destaca "Cabeza de Ratón", que suma cuatro temporadas y se emite por el Canal 5 de aire de Rosario; la serie fue realizada bajo la coordinación de Rodríguez Jáuregui, y dirigida por Diego Rolle, BK y Max Cachimba, con producción de El Centro Audiovisual de Rosario y la Cooperativa de Animadores.
Agrega Arteaga que aparte de Buenos Aires y Rosario, la animación ha tenido un desarrollo importante en Córdoba, donde la Universidad Nacional "cuenta con un Centro Experimental de Animación, así como también Universidad Nacional de Villa María tiene su Cátedra de Animación; ambas instancias son las organizadoras, de hecho, del encuentro ´Anima, Festival Internacional de Animación´".
Concluye el crítico y ensayista, señalando que el cine de animación tiene todavía un gran terreno por recorrer, en el sentido de que puede insertarse en áreas diferentes, como cine, televisión, publicidad, Internet. La red, de hecho, pluraliza de maneras antes impensadas".
Fuente: Télam
