"Venimos dando muestras de buena fe, no trabajamos los que lo vendemos con las cosas en la mano. n estos días no dejaron pechar a los que ponen mesas, y por eso cumplimos nuestra parte. Pero esperamos una solución", dijo Pedro Robledo, referente de los vendedores.
Ellos pretenden que se cumpla un viejo acuerdo sellado en los 90, que permitía la presencia de cuatro vendedores de mano por cuadra, y ninguna mesa.
"Vamos a seguir así, a la espera de que nos llamen, pero queremos saber cuándo nos vamos a reunir. Hay que tener en cuenta que un día no trabajado para nosotros significa que no comemos", enfatizó el dirigente.
A pesar de la actitud que asumieron los vendedores, la Guardia de Infantería invadió la zona con agentes pertrechados para el combate. "No queremos que vuelva a haber roces o represión, como la semana pasada, ya no estamos para esas cosas", señaló Robledo.
Fuente: LA GACETA ©