Estas primeras conclusiones no son más que un eslabón en la cadena hacia la ley, en la que el frente comenzó con la iniciativa y elaboró 21 puntos pilares, más tarde el Ministerio apoyó la propuesta y lanzó una plataforma de participación colectiva. Ahora lo que falta es sintetizar esas conclusiones finales a modo de documento para la redacción del anteproyecto.
En diálogo con Télam, Parodi, responsable de la cartera que llevó adelante la plataforma para pensar en conjunto este marco legal ("una ley coral y marco", como la definió) recordó que cuando "anunciamos los foros con la intención de federalizar los 21 puntos iniciales, discutir qué ley necesitamos para el desarrollo y la potencialización de nuestra cultura, empezó a llamar muchísima gente que quería participar".
Aquel empujón vino a motivar "una idea que ya estaba en el aire, la de la ley de Culturas, pero nunca fue impulsada con tanta fuerza", contó Julia Narcy, miembro del Frente, quien participó de muchos de los foros realizados en todos el país, una experiencia "riquísima y diversa, pero a la vez con grandes similitudes entre espacios diferentes", como la calificó.
Justamente ese recorrido dio como resultado un conjunto de conclusiones federales y plurales, cuyo espíritu, en palabras de Francisco "Teté" Romero, miembro del frente y Director de Asuntos Académicos y Polí­ticas Regionales del Ministerio, se resume en un modo de entender "a nuestra diversidad cultural dentro de la trama dinámica identitaria de un proyecto emancipador de soberanía cultural, una soberanía que para aspirar a su realización debe incluir las indispensables soberanías comunicacional y digital".
Acerca de los 21 puntos originales que funcionaron como disparadores para idear entre todos una futura ley, Romero, contó que "fueron repensados, resignificados, ampliados y fundamentalmente enriquecidos porque viajaron a lo largo y ancho del país".
Sindicatos, colectivos de diversidad de género y sexual, espacios educativos, artistas, referentes, voces singulares y comunitarias, todos ellos fueron parte de esta construcción. "Nadie sale indemne de una experiencia social: felizmente podemos decir que los puntos han tenido el destino que se merecían, ser modificados a partir de lo coral para transformarse en polifonía que exprese nuestra diversidad", agregó.
Con esta impronta federal y plural, se incluyeron así aportes de cada comunidad pero en toda su diversidad, como la de los pueblos originarios con las propuestas de los Consejos de Participación Indígena del INAI -que la Ministra recibió personalmente en Jujuy en febrero pasado-, o los derechos culturales a la lectura y los libros, aportado por las Bibliotecas Populares y la Conabip.
Porque, como sostuvo Romero, "no se ama lo que no se conoce y vaya si es compleja y diversa nuestra Argentina como para pretender hablar en nombre de todos y de ser su letra en la creación de una Ley Federal de las Culturas sin recorrerla, sin viajar a través de ella, para que sus voces singulares y colectivas y sus culturas, sus tensiones y conflictos, sus asignaturas pendientes, nos atraviesen como un rayo".
"Esta ley es necesaria, importante, porque la haremos entre todos", dijo por su parte Teresa Parodi al recibir las conclusiones que esperan convertirse en un anteproyecto plural, democrático e inclusivo.
Ahora, la expectativa, según señaló Romero, "es que este año se convierta en Ley, y que sea enviada por el Poder Ejecutivo". Ya todo está en marcha.
Fuente: Télam