El origen de la peregrinación
En 1991, año del Centenario de la Coronación Pontificia de la Imagen de la Virgen del Valle, ante las diversas y numerosas peregrinaciones de los variados grupos de Iglesia y otros sectores a la Gruta de la Virgen del Valle, Mons. Elmer Miani (entonces Obispo de Catamarca) propuso hacer una que congregue a todos. Se eligió el nombre de “Peregrinación” y no marcha para darle a la misma un sentido religioso genuino. Y “Pueblo de Dios” para indicar que no es de un sector en particular.
La intención fue dar apertura a la Semana Santa con esta peregrinación para motivar la participación en el Triduo Pascual y en otras iniciativas preparatorias, en la que acompañan numerosos sacerdotes para la celebración del sacramento de la Reconciliación.
En las primeras que se hicieron, los participantes caminaban meditando las estaciones del Vía Crucis, llevando incluso -presididos por la Santa Cruz- una imagen de la Virgen del Valle (en la primera que se hizo salió la Imagen auténtica) pero de modo independiente de la celebración de la misa. En las sucesivas oportunidades, la Peregrinación fue parte de la acción litúrgica del Domingo de Ramos con la bendición de los mismos en su partida en la Plaza del Maestro.
Multitudinaria y de amplia participación
Si bien no han perdido vigencia las peregrinaciones por grupos, ésta sin dudas es la más multitudinaria y año a año va teniendo mayor aceptación; ya es habitual también la presencia de peregrinos de Paclín, Valle Viejo, Capayán y Ambato.
En su organización hay mucha participación y se involucran todas las parroquias de la ciudad capital, varios grupos de canto, el Equipo de Liturgia de la Catedral, los sacerdotes, los Servidores Marianos y jóvenes en general, organismos de la provincia y de la municipalidad resaltando en esta característica que el evento es del “Pueblo de Dios” .