El autor del proyecto destacó en los fundamentos que existen trabajadores “que han dedicado su vida a diferentes actividades en la búsqueda constante de desarrollar sus capacidades y lograr sus objetivos personales con su propio esfuerzo, para sentir orgullosos el bienestar y la dignidad que da el trabajo”. Asimismo aseguró que “en nuestra ciudad podemos destacar la labor silenciosa y la dedicación manifiesta en algunas actividades de las que muchos fueron pioneros”.
Los trabajadores reconocidos fueron:
Dolores Ferreyra, más conocida como “Lola”, quien en 1938 puso el primer puesto de venta de flores en el Cementerio Municipal, y al que luego de su fallecimiento con la misma vocación le sigue su hijo, Marcelo Osvaldo Delgado.
Julio César Soria, quien se desempeña como diariero desde los 10 años y aún hoy con sus 62 años podemos verlo todas las madrugadas con lluvia o frío repartiendo diarios.
Pedro Romay, quien desde los veinte años llega hasta el centro de la ciudad con sus termos cargados de café elaborado en forma artesanal.
Ramón Custodio Baigorri, por su dedicación y por trabajar desde hace años en el área Servicios Generales del Concejo de la Capital.
José Marciante, a quien aún hoy podemos verlo dedicado a la pasión de toda su vida, y de la que hizo una profesión reconocida internacionalmente, por la calidad de sus trabajos como zapatero.
Juana Gómez, quien hizo de la enfermería, el altruismo y la solidaridad para con el prójimo, un culto sagrado, al que nunca abandonó en su vida plena de satisfacción por el deber cumplido.
Daniel Agüero, conocido como “Loquillo”, quien desde hace 27 años retrata la historia catamarqueña y nos llena la vida de recuerdos imborrables con sus fotografías.
Ángela Rosa Bustos, quien es la empleada de mayor antigüedad en el CDC, y conoce profundamente las distintas áreas del organismo luego de haber desempeñado sus tareas en Taquigrafía, Despacho, Archivo y actualmente en la Dirección de Personal.
Lilia del C. Tapia, quien revalorizó la venta al paso y desde hace muchísimos años nos deleita con sus tradicionales tortillas calentitas.
Eduardo Marcelo Oliva, el lustrabotas que desde niño a sus 10 años se encontraba en las calles de nuestra ciudad brindándoles sus servicios a todos aquellos que lo precisaban. Hoy con 28 años de recorrer la ciudad como un lustrabotas pudo lograr crear una familia haciendo del cajoncito su único medio de vida del cual se siente orgulloso.
Adrián Alfredo del Valle, profesional bonaerense, radicado hace 26 años en Catamarca. Quien desde Radio Valle Viejo, mágicamente, nos da las primicias de un extremo a otro de la ciudad Capital, con un estilo único.
