Ese mediodía Silva habría reconocido a Argarañas y tras advertirle que en ese club no querían a los "ratis" -policías- le exhibió un cuchillo y le dijo que si no se retiraba del lugar lo iba a matar.
El presunto agresor fue detenido por un cabo de la Gendarmería Nacional quien al declarar como testigo coincidió con el amenazado en que Silva se hallaba drogado.
También "el encausado afirmó en su descargo que no recuerda lo sucedido, por cuanto en esa época consumía pasta base, alcohol y pastillas".
Los camaristas Mariano González Palazzo y Carlos Alberto González desestimaron ese argumento como defensa del imputado y confirmaron el procesamiento por el supuesto delito de "amenazas coactivas agravadas por el uso de armas".
Fuente: Télam