Sebastian Wocker, un hombre de 45 años mitad británico y mitad Alémán, denunció a las autoridades del hotel Radisson de Hamburgo después de que se negaran a remover los vidrios que decoran el lobby porque, según dijo, estaban decorados por cruces esvásticas, el símbolo del nazismo, informó el sitio inglés The Sun.
Wocker dijo a los medios que su mandíbula "cayó al piso" cuando entró al lobby del hotel y vio la decoración. En seguida, pidió que la quitaran, pero los empleados se negaron debido a que era "demasiado caro", según explicaron.
Al parecer, los paneles de vidrio esmerilado de 2,74 metros de altura habían sido colocados durante una reforma reciente, por lo que Wocker se llevó una desagradable sorpresa al llegar al hotel. En Alemania es ilegal la utilización de la cruz esvásticas como símbolos nazi, pero no de su utilización en sí.
Fuente: Minutouno.com