Ofreciendo detalles de la situación, la fiscal explicó que se solicitó un adelanto de las pericias realizadas, "porque la próxima semana ya se nos vence el plazo para pedir la prisión preventiva de estos imputados".
En cuanto al arma punzante con la que los implicados habrían acertado 24 veces sobre el cuerpo de la víctima, Álvarez confesó que, pese a los relevamientos y allanamientos que se sucedieron, "nunca fue
encontrada", aunque los resultados del arma de fuego resultarían suficientes para encontrar a los responsables.
El crimen Julio Alanís murió alrededor de las 3 de la mañana del miércoles 27 de octubre de 24 puñaladas en el abdomen y dos disparos en el cráneo. El hombre fue encontrado alrededor de las 9.30 de la mañana por un compañero de trabajo que vivía al frente de su domicilio y con quien Alanís había quedado en reunirse para terminar un trabajo pendiente. No obstante, al llegar a la casa de la víctima, se encontró con un macabro cuadro: Alanís estaba tirado en el piso de su dormitorio en ropa interior, envuelto en una frazada, y bañado en sangre.
A la misma hora, el automóvil de la víctima fue encontrado por policías de la zona, en una cancha de fútbol ubicada a más de 7 kilómetros de la vivienda del aduanero.
Según la primera hipótesis de cómo sucedió el hecho; la víctima habría realizado una reunión de amigos la noche anterior a su muerte y entre los visitantes habrían estado los dos hermanos Carrizo. Ellos, manejando el dato de que Alanís guardaba mucho dinero en su domicilio, lo habrían torturado antes de matarlo para obligarlo a decir dónde estaba el botín.
Tras diferentes allanamientos y pesquisas lograron secuestrar elementos que provenían de la vivienda de Alanís en la casa de uno de los hermanos sindicados, quien residía en la localidad de Fiambalá. En ese lugar también se encontró la supuesta arma homicida.
La causa se definiría la semana próxima.
Fuente: Radio Alfa 97.5 - Tinogasta