Catamarca
Viernes 19 de Abril de 2024
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Correr, un antídoto contra el vértigo urbano y contemporáneo

Reformulación de una disciplina cuyo origen se remonta a dos millones de años y acaso síntoma de sociedades cada vez más opresivas, el running se ha convertido un rito urbano que captura el interés de la ciencia, según rastrean Martín De Ambrosio y Alfredo Ves Losada en Por qué corremos.
La imagen de la gigantesca masa humana que avanza en acompasada sincronización mientras el sudor abrillanta los gestos de euforia y sacrificio se ha vuelto una postal en el paisaje porteño, epicentro de un fenómeno que ha multiplicado el calendario de eventos para aficionados en sintonía con una movida que promueve la vida sana y la protección del medio ambiente.

Hace unos días, la tradicional maratón de Buenos Aires convocó a 9100 personas a un recorrido que totaliza los 42 kilómetros, una cifra distante de los 15.000 participantes que cosecha la carrera de Nike que seduce por una distancia apta al mismo tiempo para corredores avezados y aventureros de última hora: diez kilómetros.

En esta obra editada por Debate, los autores ponen al alcance del lector estudios donde se analizan los estímulos que se activan en el cerebro de los maratonistas: qué pasa cuando una persona desafía la resistencia de su cuerpo y qué impulsos guiaron a los mejores corredores de todos los tiempos.

"Correr se ha transformado para muchos en un mecanismo para atravesar una celda o sortear los accidentes del acelerado y caníbal mundo urbano ultramoderno", apuntan ambos periodistas en una formulación que presenta al running como un paliativo frente a las exigencias y presiones de las sociedades contemporáneas.

"Es un fenómeno mundial que en el caso de la Argentina ha generado una oferta de carreras de muy diverso tipo -es decir, no sólo urbanas- por todas las provincias y todos los fines de semana", coinciden los autores en una entrevista con Télam.

- Télam: ¿Cuáles fueron los disparadores del libro, en el que prevalece el enfoque científico o biológico por sobre el sociológico?
- De Ambrosio: Como muchos corredores aficionados, nos preguntamos muchas veces durante las carreras o entrenamientos más agotadores por qué hacíamos lo que hacíamos. Y quisimos indagar un poco en los fundamentos científicos de la disciplina; en averiguar qué hacía que nos sometieramos voluntariamente a un esfuerzo que al mismo tiempo resulta reparador.

- Ves Losada: Cuando uno comienza a correr y se entusiasma con mejorar tiempo o distancias, comienza a buscar información técnica sobre cómo hacerlo. Y creíamos que era interesante dar cuenta de cómo los grandes centros de entrenamiento, la universidades y laboratorios se habían puesto a analizar el tema desde el costado científico. Nos referimos en menor medida al plano sociológico porque la idea original era que fuera un libro de divulgación.

- T: ¿Cómo fue que una disciplina con fama de solitaria se transformó en un ritual colectivo y multitudinario?
- D.A.: Muchos ubican a fines de los 70 la explosión del fenómeno a nivel social, porque es el momento en el que la Maratón de Nueva York -la más famosa del mundo- abandona el Central Park (originalmente eran cuatro vueltas) y el diseño del circuito se traza sobre cinco barrios. Así, la carrera ya no es un hecho aislado que involucra unos miles de corredores, sino que toda la ciudad la vive desde la calle o los balcones.

El calendario de carreras durante la década del 80 crece notablemente en Europa y Estados Unidos, y se da el mismo fenómeno: millones de espectadores empiezan a pensar en ser corredores.

- T: ¿Qué vinculaciones se pueden trazar entre el fenómeno de las maratones y el contexto social en el que transcurren?
- V.L.: Uno es el tema ya referido de la soledad de las ciudades y las facilidades que el running tiene como deporte: no tenés que coordinar agenda con nadie más que vos mismo y se puede hacer a cualquier hora y casi por cualquier lugar. Luego, por supuesto, está el hecho de que a las marcas les conviene unir su imagen con el deporte, el bienestar y demás circunstancias que hacen que la gente sea más propensa a consumir.

- T: En la prehistoria se corría para sobrevivir ¿Algo de eso quedó impregnado en el inconsciente colectivo y se activa o resignifica en la tendencia actual?
- D.A.: Como explicamos en el libro, preferimos una atadura material y no en los elusivos términos de "inconsciente colectivo". Así, aparecen cosas algo más palpables como marcas claras en el cuerpo de aquella herencia evolutiva: tendón de Aquiles, ligamento nucal, glúteos robustos, etcétera. Pero sin dudas que hay una resignificación de esa herencia biológica.

- T: Por qué corremos, entre otros aspectos, desmitifica la idea del corredor como un hombre solitario, a la vez que la presentan como una actividad que propicia la sociabilización ¿Qué tan decisiva resultó esta posibilidad de interactuar con otro en el crecimiento del fenómeno?

- V.L.: Lo que comienza como algo solitario termina volviéndose algo eminentemente social, no sólo en las carreras (que estimulan a todos y hacen que se mejores los tiempos, es decir, que se vaya más rápido porque otros humanos lo hacen a la par) sino a través de los equipos de corredores o running teams, que terminan formando parte de los grupos de pertenencia.

- T: ¿Para el corredor principiante o aficionado resulta difícil calibrar las metas personales en función de las fortalezas y debilidades propias?
- V.L.: Más o menos. En general, cuando se comienza a correr uno mismo va viendo qué potencialidades, digamos, naturales tiene. En función a eso y a las experiencias de los demás calibra sus fortalezas y debilidades.

- T: Este boom tiene un correlato editorial del que hasta el escritor japonés Haruki Murakami se ha hecho eco con su libro "De que hablo cuando hablo de correr" ¿Es habitual que un fenómeno social genera semejante repercusión en el mundo editorial?
D.A.: Como el amor, por poner un ejemplo cualquiera, está lleno de casos en los que se demuestra la necesidad casi básica del ser humano por narrar lo que le pasa. Casi se podría decir que es una de las cualidades humanas por definición, tanto o más que aquella definición escolástica de Hombre político.

Fuente: Télam

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