La foto más difundida de la historia -por intervención del editor italiano Giangiacomo Feltrinelli, que realizó los primeros pósters tras la caída del Che en Bolivia-, tomada en el 60 en el velorio de las víctimas del atentado al barco La Coubre, sirve de presentación de la muestra que se exhibe en el edificio de Viamonte, esquina San Martín.
"Tuve la suerte de hacer esa foto y dejar algo a la humanidad. Qué puede decir un humilde cubano que tomó una imagen que supera a todas las imágenes. Dejo la muestra de mi trabajo en mi paso por este mundo", se lo escucha reflexionar en el video al autor del emblemático 'Quijote de la farola', también expuesta en esta muestra; así como retratos Fidel y el Che con Simone de Beauvoir, o de los nóbeles Jean Paul Sartre, Ernest Hemingway y Gabriel García Márquez.
"La niña de la muñeca de palo" marca el pulso de la exposición que podrá visitarse hasta el 13 de septiembre; la niña que para Korda fue Paulita, cuenta su hija a Télam, albacea del archivo que se encuentra en la Oficina de Asuntos Históricos de Cuba, el cual conserva unos 55 mil negativos de su trabajo junto a Castro, el resto, "cerca del 80 por ciento, está perdido".
La historia de la foto tomada por Korda a una niña campesina en 1959, al inicio de la revolución cubana, hace "aguar los ojos", advierte Díaz López antes de comenzar a hablar sobre la imagen que a su padre le hizo escribir: "Esta niña que abraza un leño al que llamaba 'mi nene', me convenció que debía dedicar mi trabajo a una revolución que transformara esas desigualdades".
"Papá buscaba locaciones para publicidad en el campo y tiró varias fotos a esta niñita de unos dos años, que al verlo se asustó y le decía 'no llore mi nene' a un tronco de madera que acunaba envuelto en papel -describe-. Y ese mismo año sacó esa foto en el Periódico Revolución a toda página para que la gente de la ciudad mandara al campo ropa y juguetes", lo cual tuvo gran repercusión.
"Luego, cada cierto tiempo ellos se llamaban. La visitó por segunda vez cuando estaba en escuela; luego se graduó de enfermera y a los 20 años ella lo invitó a la boda", relata.
"Ya con vestido de novia y una pamela muy linda (sombrero de flores coloridas) -continúa-, posó con un tronquito en lugar de ramo y cuando papá le pidió que sonriera se negó porque quería que fuera como la primera foto. Pasó año y medio y su familia llamó a avisar que había muerto. Tengo esa foto en mi casa", remata.
En 1968 cuando Cuba nacionalizó los pocos negocios particulares que quedaban, Korda recuperó las fotos de Fidel Castro y el Che Guevara, pero los negativos familiares y los de modelos se perdieron, "pueden estar olvidadas en algún almacén entre otros papeles", aventura Díaz López sin resquemor, ya que conserva las copias.
Las fotos de moda y las submarinas son inéditas en Argentina -algunas de la revolución también, las que fueron tomadas en China en 1961-, entre las que se encuentra la del Che de espaldas pescando con Fidel a un lado de la leyenda: "Concurso de pesca de pez aguja Ernest Hemingway, 1960, La Habana".
Así como Fidel con traje de buzo a medio poner o sacar en un barquito en el mar Caribe; fotos de corales en tonos rosas, amarillos y verdes desteñidos que parecen tapas de discos alternativos de los 90; o la inquietante y casi de ciencia ficción "Mundo del futuro", tomada en el 67, que muestra a Fidel en el centro de un círculo de hombres buzo, flotando en la inmensidad de una masa acuática.
A esto se suman tomas de la celebración afrocubana del Bembé y retratos femeninos de un glamour del filme americano y reminiscencias europeas de casinos y hoteles, donde sobresalen sus parejas: Julia, madre de Diana; y Norka, su segunda mujer.
"La idea de la familia es mostrar más, fue uno de los pioneros de la fotografí­a de moda en Cuba, admirador del neoyorquino Richard Avedon -retratista de Marylin Monroe, Liz Taylor o John Lennon-; y también fue pionero en la fotografía submarina gracias a una cámara facilitada por Castro", indica por su parte Fabri.
Aunque de formación autodidacta, Korda fue discípulo de Newton Estapé y de Luis Pierce, "con quien en los 40 fundó Estudios Korda, dedicados a la fotografía comercial, especialmente de moda, que tomaron su nombre de los emblemáticos hermanos cineastas Zoltan y Alexander Korda, muy famosos en Cuba; además de cierta asociación con los rollos Kodak, con una noción de marketing muy importante que apuntaba a reforzar las ventas, ya que de eso vivía", señala.
"Por recomendación del propio Avedon, con quien se encontró sólo una vez, comenzó a fotografiar la revolución; y ya nacionalizados sus estudios por el 68, se dedicó al mundo submarino, que era otra de sus pasiones, también sentando precedente", repasa la curadora del espacio Borges.
"El decí­a que no era el fotógrafo oficial de Fidel sino que lo acompañaba y eso duró 10 años. También decía que quería llegar a ser un famoso fotógrafo de modas para estar con las mujeres más hermosas de Cuba", resume sobre el retratista de las milicianas y de los campesinos cubanos.
"En algunas conferencias, estudiantes de fotografía han empezado a preguntarme de cámaras, lentes, sistemas de revelado, películas… yo los dejo hablar, cuando terminan les digo, 'eso se aprende en dos meses' y cito una frase de 'El pequeño príncipe': 'Sólo se ve con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos'. Eso es un fotógrafo", concluye Korda en su última entrevista.
Fuente: Télam
