Irónicamente, Edison padecía una sordera parcial desde niño, fruto de una escarlatina mal curada, pero esto no le impidió descorrer el telón para que subiera a escena este aparato que abrió una nueva era en el desarrollo industrial: la del almacenamiento y reproducción de voces y música, germen de los actuales equipos en los que reina el disco compacto.
Para la invención del fonógrafo tuvo en cuenta los primeros pasos que el francés León Scott había dado en 1857 con el phonautograph, que si bien trazaba las ondas del sonido sobre un cilindro ennegrecido con humo, no los reproducía y Edison se propuso lograrlo.
La palabra fonógrafo apareció así por primera vez en uno de sus cuadernos el 12 de agosto de 1877 y lo definió como: "Intento registrar la voz humana para que la máquina lo reproduzca". Cuatro meses después presentó al público el modelo perfeccionado, que muchos llamaron "el cazador de voces y música" (Télam).-