Cerqueiro, pediatra neumonóloga que coordina la sección Tuberculosis de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, enfatizó que la gran mayoría de los casos son sensibles al tratamiento y "curar a los enfermos es la manera de cortar la cadena epidemiológica".
El mayor obstáculo en la sociedad es "el desconocimiento de que la tuberculosis todavía existe", y el mayor prejuicio, el de que "es una enfermedad del sucio, del pobre y de los marginales, lo que tampoco es cierto", refutó.
Al frente del servicio de Tisioneumonología del prestigioso y popular hospital Gutiérrez, Cerqueiro atesora experiencias de divulgación y tratamientos colectivos en escuelas, a las que van médicos de los hospitales y centros de salud de referencia de la institución escolar cuando es detectado y puesto en tratamiento un niño o adolescente enfermo.
La tuberculosis se trasmite por el aire cuando se está en contacto con la infección, definiendo el ´contacto´ como la convivencia durante seis horas del día, por ejemplo una jornada escolar, y no solamente los convivientes.
Cuando detectan un alumno enfermo, los pediatras concurren a dar una charla a la comunidad educativa y establecen un protocolo para tomar placas radiográficas de tórax y hacer en flemas un PPD (derivado proteico purificado) o aplicar una reacción de mantoux (que consiste en inyectar antígenos).
"Tenemos toda un aula en prevención, que organiza fiestas con gaseosas, y en adolescentes, en los que el índice de tuberculosis está a la par del de los adultos, se hace más difícil de detectar y de cumplir el tratamiento si los adultos no los supervisan", contó la profesional.
El tratamiento es gratuito en todo el país y consiste en tomar cuatro clases de remedios en pastillas que se administran juntos, ya que el bacilo es resistente, durante seis meses en promedio.
En las personas infectadas el bacilo puede permanecer latente con una colonia mínima, y la vacunación con BCG es antes de la salida de la maternidad, en protección de los casos virulentos.
"Ya no se revacuna porque se sabe que la mejor protección es de recién nacido, que protege las formas graves, pero no previene de enfermar más adelante", indicó Cerqueiro.
Las personas que tienen tos o flemas durante más de 15 días, tos con sangre, dolor de pecho, fiebre, cansancio, pérdida de peso o sudores nocturnos deben consultar a un centro de salud para su diagnóstico.
Para el tratamiento prolongado, algunas provincias tienen subsidios al transporte de los pacientes al centro de salud durante el tiempo que dura la enfermedad, y los especialistas promueven que se extienda a una especie de seguro para no tener que ir a trabajar durante la primera etapa, a fin de disminuir el contagio en entornos laborales.
Fuente: Télam