La Policía arrestó a dos sospechosos, de 21 y 19 años, vecinos del hombre al que mataron.
Según le dijo a LA GACETA Cynthia Janet Elías, hija de Rearte, los sospechosos ya habían atacado varias veces a su padre. "De vez en cuando se juntaban a tomar algo y decían ser sus amigos. Pero cuando se emborrachaban lo golpeaban mucho. Una vez, incluso, le pegaron con una cadena en la cara", dijo la joven de 20 años, que está embarazada. Ella fue la última en ver a Mario con vida.
El lunes, poco antes de la 1, Cynthia lo vio parado en la esquina de la calle de entrada a su barrio, el Gráfico II. "Cuando pasé, vi que ´Timo´ y ´Leo´ (los dos sospechosos) estaban con él. Yo fui a mi casa, estuve un rato ahí y después volví a buscarlo", relató. La joven caminó dos cuadras hasta que encontró a su padre, que tenía el rostro ensangrentado. Según dijo, estaba junto con otro muchacho, al cual identificó como ´Rafa´. "El me dijo que había discutido con ´Timo´. Lo llevé como pude hasta mi casa; estaba todo golpeado y embarrado. Lo ayudé a bañarse y a cambiarse y después salió a la casa de su mamá, que queda a la vuelta", relató Cynthia.
La joven escuchó que en la puerta de su casa, su padre se encontraba a la puerta con uno de los "pititos" (los serenos que patrullan en bicicleta haciendo sonar un silbato) y ambos se marchaban. Y agregó: "a los pocos minutos una prima tocó el timbre y me dijo que mi papá estaba desmayado en la esquina, golpeado y ensangrentado. Parecía dormido, pero no se movía", dijo llorando la muchacha. "Parece que ´Timo´ y ´Leo´ lo habían estado esperando. También le pegaron al ´pitito´. Mi papá les decía: ´muchachos, basta, somos amigos; por favor, basta´. Pero ellos siguieron y hasta le reventaron una botella de vidrio", narró.
Mario, que tenía 39 años, no volvió a hablar con sus familiares. Su hija lo acompañó en la ambulancia hasta el Padilla. "En el camino, los médicos ya me habían avisado que había perdido la sensibilidad, porque lo pellizcaban y no reaccionaba. Después, en el hospital me explicaron que era irreversible. Yo no podía creerlo", dijo Cynthia.
Solidario
Resignados, los parientes de Mario cumplieron su deseo. "Decía que quería donar sus órganos. Nos trataron muy bien. Era algo que debíamos hacer, porque era su voluntad", contó Zulema Elías, ex pareja de Rearte. El hombre era padre de Cynthia y de un niño de siete años. "Siempre fue muy solidario, y lo demostró hasta el último momento de su vida", expresó Adela.
El Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implantes (Incucai) se hará cargo del traslado de los órganos. "Una chiquita de Buenos Aires va a recibir las retinas y podrá volver a ver; además, había gente esperando con urgencia un corazón y riñones. Al menos de esa forma Mario va a seguir viviendo", reflexiónó la mujer.
Fuente: La Gaceta