La mujer aseguró que el cuerpo de su marido, de 53 años, sudaba y que, al colocarle un espejo ante las fosas nasales, éstas se empañaron.
No obstante, voceros autorizados desestimaron que estuviera vivo y adjudicaron tal afirmación al desconocimiento, por parte de la mujer, del proceso de descomposición cadavérica. (Télam).-