Los donantes de sangre voluntarios y habituales son la base de un suministro sanguíneo seguro porque esas personas tienen niveles claramente más bajos de infecciones transmisibles por transfusión, incluido el VIH y los virus de la hepatitis. El análisis sistemático para detectar infecciones transmisibles por transfusión es fundamental, pero las donaciones más seguras proceden de los donantes más seguros.
La celebración del día nacional del donante de sangre también es una parte importante de la estrategia encaminada a reducir enfermedades transmisibles por transfusión.