“Siempre es mejor salir, porque se mueve más, tiene más actividad y una vida más normal”, indicó esta mañana el especialista al sitio Web del diario La Voz del Interior.
Serrot explicó que el niño seguirá un tratamiento que incluye la ingesta de unos 30 comprimidos por día.
“Tiene un catéter fijo que se lo dejan por un tiempo largo. Los papás aprenden a pasarle algunas drogas por ese catéter”, explicó.
El médico residente agregó que el alta hospitalaria es “alentadora, pero hay que esperar a que se confirme que las células que están volviendo a crecer son de la médula ósea de su hermana Sofía” de 12 años, quien fue la donante.
En tanto, Agustín Bustos Fierro (14), quien padece la misma enfermedad que su hermano Joaquín, comenzará en los próximos días con la quimioterapia intensiva previa al trasplante, que tendría lugar el próximo 2 de agosto.
“Ya hizo la pre-quimioterapia, que son tres días con drogas bastante fuertes”, indicó Serrot.
La familia Bustos Fierro se completa con un cuarto hijo, Matías, de 4 años, que también sufre de adrenoleucodistrofia, enfermedad que afecta al sistema nervioso central y puede dejar al paciente en estado vegetativo, pero que no necesitará de un trasplante de médula ósea, a diferencia de Joaquín y Agustín.
FUENTE: DyN