Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
Buscar:

Editaron un ensayo sobre el cine de tema gauchesco santafesino

Jorge Boccanera

Filmes pioneros de tema gauchesco filmados en la provincia de Santa Fe y la posibilidad truncada de desarrollar una cinematografía extendida con esa trama, son algunos de los puntos que expone el escritor Ricardo Guiamet en su ensayo "Cine silente vs. Cine mudo".
El libro acaba de ser editado por el sello rosarino "Ciudad Gótica" en su colección "Estación Cine", con casi 20 títulos dedicados a analizar aspectos de la filmografía internacional.

Guiamet explica el título de su ensayo: "El término clásico de ´cine mudo´ parece referir a un cine discapacitado, al que le faltan las palabras, por eso ahora varios teóricos hablan de ´cine silente´ (y yo adscribo a ello), un cine sin palabras, no como una falta, sino como una decisión acerca del relato".

El escritor se centra en el análisis de dos producciones pioneras realizadas en Santa Fe: "El último malón" (1917), dirigida por Alcides Greca, y "El último centauro. La epopeya del gaucho Juan Moreira" (1923), con dirección de Enrique Queirolo.

Incluye, además, un pormenorizado registro de películas nacionales que abordan el género: de "Nobleza gaucha" (1915) a "La guerra gaucha" (1942), pasando por filmes históricos como "Amalia" (1914), considerado el primer largometraje argentino.

"El último malón", única película de Greca, destacado intelectual santafecino, se basó en el alzamiento en 1904 de la población mocoví en la localidad de San Javier, por el despojo de sus tierras.

En parte, señala Guiamet, el film denuncia el trato injusto hacia los mocovíes: "Por ejemplo la escena que muestra la influencia negativa del alcohol y el maltrato policial, y la caracterización del vínculo entre estancieros, colonos y aborígenes".

"El último malón" ("contemporáneo" a "Intolerancia", de David Griffith, título emblemático en la historia del cine) toma "lo mejor del cine silente: la estructura narrativa basada en el montaje".

Es el principal valor de Greca, aclara, un montaje moderno para la época que prescinde de los medios de enlace entre dos tomas usuales: "Monta mediante corte directo, como en films modernos. No prendía la cámara con una visión teatral".

A riesgo de parecer exagerado, Guiamet señala que una escena de combate de "El último malón" "es nuestra escena criolla de ´El acorazado Potemkin´".

El otro film que analiza el ensayo, es "El último centauro. La epopeya del gaucho Juan Moreira" -basado en el mimodrama de Eduardo Gutiérrez, publicado como folletín entre 1878-1880- película que "tuvo una muy importante respuesta de público".

Guiamet considera al filme dirigido por Queirolo "una joya del cine silente": "Me remito a una sola escena: un salto en el tiempo hacia el pasado, narrado sólo con elementos cinematográficos".

"Es crucial ese flashback en la época -señala- ; al principio la película se apoya en muchos rótulos, pero luego se despega de ese recurso y es una verdadera marejada de nociones cinematográficas puras, no sostenidas en las banda de textos.

Parte del libro está dedicado a reflexionar sobre un cine "despojado de palabras, de discursos altisonantes que nos adentraba en una nueva comprensión, en una nueva visión que nos permitía ver e intuir lo no visto del mundo en que vivimos".

El ensayo presenta, además, un registro de obras situadas en los inicios del séptimo arte y que llevan a afirmar a su autor que: "Argentina fue desde el principio parte de la historia de la cinematografía".

Como ejemplo, menciona "El Apóstol" (1917) de Quirino Cristiani, el primer largometraje de dibujos animados y una rareza: la película "Satario" (habría sido filmado en Rosario hacia 1907) considerada el primer film pornográfico a nivel mundial.

Antes de esos trabajos, Eugene Py iniciaba en el país el cine
documental con "La bandera argentina" (1897) y el doctor Alejandro Posadas (¿1898?) innovaba con un corto de tema científico.

Otro dato tiene que ver con el film "El hombre bestia", del italiano Camilo Soprano, quien rueda en locaciones rosarinas un film pionero en el cine de terror: "El hombre bestia".

Volviendo al tema gauchesco, Guiamet lamenta la desaparición de un género modelador de algunos paradigmas de nuestra cultura, perdiendo así, dice "la posibilidad de sostener la construcción de un estereotipo de connacional elaborado a partir de individuo con atributos valorados positivamente en el discurso social".

"El cine gauchesco -señala- es muy elegíaco; un canto perpetuo a un mundo rural que muere, con valores e historias que mueren. Aunque a veces la producción cultural puede sustentar modelos extinguidos en la realidad social y sobrevivirlos en el imaginario social. En eso el
western es el mejor ejemplo".

Para Guiamet, el tema del gaucho podría haber tenido una proyección similar a la del western en Estados Unidos: "La cultura nacional perdió una herramienta para extender el modelo cultural argentino hacia el exterior. El primer gran éxito fílmico argentino -faro y referente en toda América latina- ´Nobleza Gaucha´, era un gauchesco. Perdimos la oportunidad de hacer una fuerte industria cultural basada en el gauchesco".

Fuente: Télam

(Se ha leido 133 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024