Una manera de mostrar esas valiosas piezas es el stand que montaron “los caminantes” en la 7ª Edición de la Feria del Libro. Sillas antiguas, una colección de la revista El Grafico completa, una pava de hierro, una cocina a kerosén, innumerable cantidad de fotos de “la Catamarca del ayer”, curiosos objetos de vidrio y hasta libros editados en 1880, hacen de este “museo” un espacio invalorable.
“Son cosas que la gente tira a la calle y que son recuperadas por nosotros para poder mostrarlas”, dijo uno de los integrantes de la cooperativa.
Por su parte, el administrador de la Planta de Tratamiento, José Echavarría, explicó que a través de la iniciativa del museo, se trata de “mezclar la cultura con la basura y muchos se preguntan cómo, y la verdad es que hemos encontrado la forma de fusionar la cultura con la basura y hemos tenido gratas sorpresas”. En tal sentido, señaló que la gente se ha interesado mucho por el tema de la basura cuando se les explica la idea del museo.
Más adelante, el funcionario confesó que se presentaron situaciones muy particulares durante la permanencia del stand en la Feria del Libro. “Hubo una persona que se ha encontrado en una fotografía con su hermano, campeón de futbol del Club Villa Cubas, son fotos muy viejas, y hay otro caso de un libro que utilizaban únicamente en las familias y uno de los visitantes reconoció que era de su madre, que se había enojado mucho cuando lo perdió porque había sido de su abuela”, relató.
En la planta de RSU, los integrantes de la Cooperativa Los Caminantes, separan cartón, vidrio y papel, que es la manera en que buscan su sustento diario. “Estamos hablando de 50 cooperativistas en regla, gracias a un montón de gente del equipo municipal, encabezado por el intendente Guzmán, que ha puesto mucho esfuerzo para que 50 familias tengan de qué vivir y cuenten con una obra social; además estamos trabajando para ver si pueden acceder a su jubilación a través de un monotributo social”, concluyó Echevarría.