Catamarca
Viernes 29 de Marzo de 2024
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"El Condotiero", obra póstuma de un joven Georges Perec

Obra póstuma de un joven Georges Perec, "El Condotiero", la primera novela que el francés logró escribir, como él mismo definió, y que a 30 años de su muerte fue recuperada del viejo baúl donde permaneció sin ser publicada, llegó este año a los lectores argentinos con la trama de una temática que ya lo había convocado: la copia y la creación.
"Lo dejo donde está, por lo menos por ahora. Lo retomaré dentro de diez años, momento en que engendrará una obra maestra, o bien esperaré en mi tumba a que un exegeta fiel lo encuentre en un viejo baúl que te haya pertenecido y lo publique", escribió Perec a su amigo Jacques Lederer en 1960, luego de que su manuscrito fuera rechazado por una editorial.

Considerado uno de los mayores exponentes de la literatura francesa del siglo XX, Perec (París, 1938-1982), sociólogo, ensayista, guionista y dramaturgo, es autor de la monumental "La vida instrucciones de uso", "Las Cosas", "Un hombre que duerme" y "W o recuerdos de infancia", entre otros títulos.

Experto en acrósticos, crucigramas, lipogramas y anagramas, Perec fue miembro del grupo OuLiPo ("Ouvroir de littérature potentielle", en español "Taller de literatura potencial"), un grupo de intelectuales en busca de innovaciones y creaciones narrativas por medio de fórmulas.

Esa impronta experimental de investigación lingüística marcó por completo el camino de Perec. Ejemplo de ello es su novela "La Disparition", escrita sin utilizar ni una sola letra E, la más común de la lengua francesa.

"El Condotiero" -creada entre 1957 y 1960 y rechazada en aquel entonces por dos editoriales -fue la primera novela que consiguió escribir, según él mismo definió en correspondencia con un amigo, aunque no la primera que publicó. Ese lugar se lo quedó su obra "Las Cosas", cuya distinción con el Premio Renaudot catapultó a Perec al éxito.

Más de 30 años pasaron desde que el francés falleció de un cáncer de pulmón a sus 46 años, esta obra póstuma -editada en nuestro país por Anagrama- viene a ampliar el universo de uno de los más reconocidos de la literatura francesa, o como lo definió el chileno Roberto Bolaño "el novelista más grande de la segunda mitad del siglo XX".

Por primera vez en español, "El Condotiero", tiene como personaje, al igual que en otros de sus títulos - como en "La vida instrucciones de uso", esa obra que lo premió con el Médicis en 1978-, a Gaspard Winckler, que aquí toma el cuerpo de un falsificador de obras de arte.

La obra pictórica "El Condotiero" (como se denomina al líder de grupos de mercenarios en la Italia renacentista), que alguna vez pintó Antonello Da Messina hacia 1475 y que se exhibe en el Louvre de Francia, es la joya más preciada para un gran falsificador de obras de arte como Winckler.

Desde Vermeer (barroco neerlandés) hasta la famosa pintura del "quattrocento" con Pisanello, Gaspard Winckler copia a la perfección todo lo se le proponga, o mejor dicho, todo lo que su ejecutor de órdenes Anatole Madera le proponga.

Al borde del policial, la novela arranca con el asesinato de Madera, el varón que le encarga las falsificaciones. Desde entonces, Perec a través de su protagonista, Winckler, deambulará por cuestiones de tinte existencialista.

"¿Había tenido conciencia de que una vez más había sido su propia imagen lo que buscaba?", se pregunta el narrador sobre la obsesión de Winckler por la imitación de Da Messina.

"´El Condotiero´ es el relato de una liberación. Es también el relato de una venganza...", escribe en el prólogo Claude Burgelin. Y luego retoma :"¿De qué se venga Gaspard Winckler? De que hayan hecho de la falsificación y las máscaras, o al menos de las falsas representaciones, su destino".

Fuente: Télam

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