“Los partidos políticos están llamados a interpretar las aspiraciones de la sociedad civil orientándolas al bien común, ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad efectiva de concurrir a la formación de las opciones políticas. Además, los partidos políticos deben ser democráticos en su estructura interna y capaces de síntesis política y con visión de futuro” (sic. Nº 413).
“La elección del partido, de la formación política, de las personas a las cuales confiar la vida pública, aun cuando compromete la conciencia de cada uno, no podrá ser una elección exclusivamente individual: incumbe a las comunidades cristianas analizar con objetividad la situación propia de su país, esclarecerla a la luz de la Palabra inalterable del Evangelio, deducir principios de reflexión, normas de juicio y directrices de acción según las enseñanzas sociales de la Iglesia” (sic nº 574).
Muchos otros textos podría citar, pero basten los aquí presentados para invitarlos a que asumamos con cristiana responsabilidad el futuro que queremos para nuestra Provincia.
Por eso recuerdo a los diversos partidos políticos, en sus actuales referentes, a que brinden a la ciudadanía con claridad los principios axiológicos, prácticos y operativos que los animan. Es un derecho de cada ciudadano conocer con bastante antelación la plataforma de cada oferta política, a fin de poder discernir cuál es la mejor propuesta y apoyar a la que más se adecua al bien común, sin detrimento del saludable bien de cada persona.
Ciertos temas, como: respeto a la vida desde la concepción hasta su partida natural, educación integral, trabajo, descanso, seguridad, salud, familia, matrimonio, justicia, independencia de los tres poderes, orden, respeto, libertad, etc., deben ser abordados explícitamente a fin de que cada ciudadano pueda gozar de sus derechos y cumplir con sus deberes y así lograr el orden social que posibilita el progreso de la sociedad toda y la realización de cada uno de sus miembros, teniendo particular atención de los más débiles y necesitados.
Es mi deseo, y ruego a nuestra Madre del Valle que vayamos madurando en nuestras responsabilidades cívicas siendo fieles a nuestras raíces y emulando a los mejores ciudadanos que tuvo y tiene nuestra Patria.
El Padre del Cielo nos colme de bendiciones y nos ayude a vivir en paz.
Mons. Luis Urbanč Obispo de Catamarca