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Sabado 20 de Abril de 2024
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Durante la homilía de la misa del ámbito educativo

El Obispo se refirió al flagelo del SIDA y a la educación sexual

En el marco de las festividades marianas, el lunes 1 de diciembre a las 21.00, se ofició en la Catedral Basílica la misa de homenaje del Mundo de la Educación a Nuestra Señora del Valle.
(DIARIOC, 02/12/2008) La celebración eucarística estuvo presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y contó con la participación del rector de la Universidad Nacional de Catamarca, Ing. Flavio Fama, y demás autoridades y miembros de la casa de altos estudios.

Al coincidir esta jornada dedicada a orar por la educación con la conmemoración del Día Internacional de Lucha contra el SIDA, durante su homilía, el Señor Obispo reflexionó sobre esta problemática y sobre la educación sexual como derecho natural de los padres.

En la oportunidad, indicó que “desde hace algunos años, el 1 de diciembre se dedica a reflexionar y a orar por el flagelo del SIDA, que apareció a inicios de 1980”. En este sentido apuntó que “las mujeres corren peligro de contraer este mal en un 2,5 %, más que los varones, con las graves consecuencias sociales en orden a la maternidad”.

Patología del espíritu

Asimismo, recordó que “el papa Juan Pablo II en el 2005 nos decía que ésta es una “patología del espíritu” que para combatirla de un modo responsable hay que potenciar la prevención mediante la educación por el respeto al don sagrado de la vida y la formación para el ejercicio correcto de la sexualidad.

Por tanto, como comunidad eclesial y miembros de la sociedad civil, tenemos que asumir con caridad cristiana la realidad de este flagelo y, sobre todo, la ayuda correcta y la cercanía con tantos hermanos y hermanas que ya son portadores de esta cruz. Hemos de disipar los prejuicios de acercarnos a ellos, teniendo presente que el contagio sólo ocurre por la vía de la sangre, la gestación materna y el contacto sexual”.

Formación en la castidad

Con respecto al contagio por “contacto sexual se podrá superar si propiciamos una agresiva formación en la castidad, es decir, en un verdadero respeto de la persona como imagen de Dios y templo del Espíritu Santo. Son muy reconfortantes las palabras del Papa Juan Pablo II a los obispos africanos cuando les decía que ‘se debe enseñar a todos los fieles y en especial a los jóvenes que para poder saborear el afecto, la alegría, la felicidad y la paz que ofrece el matrimonio cristiano es necesario observar la fidelidad y la seguridad que brinda la castidad’ “.

Continuando con su predicación, El Obispo dijo que “para embarcarnos en esta lucha, es necesario, entre otras cosas:

Promover la educación escolar y la catequesis sobre los valores de la vida y la sexualidad humanas.
Eliminar todo tipo de aversión a las personas que padecen esta enfermedad.
Informar veraz y adecuadamente sobre esta pandemia.
Intensificar las campañas formativas para evitar la transmisión materno-infantil.
Ofrecer una mayor atención a los niños ya afectados.
Prestar más atención a los sectores sociales más vulnerables”.

Educación sexual integral

Al referirse a la importancia de la educación sexual como derecho natural de los padres, el Pastor Diocesano tomó como base de su predicación, la declaración emitida por las asociaciones de padres, luego de la aprobación de los Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral, en la cual exigen su derecho a educar a sus hijos. Tomando aquel escrito, Mons. Urbanc comentó que son los propios padres quienes afirman que la unión sexual es un acto de amor y responsabilidad propio del matrimonio, que los hijos son un don y que una verdadera educación de la sexualidad debe garantizar la educación en la castidad.

El pronunciamiento conjunto de los progenitores indica:

“1) Los Padres son los primeros y principales educadores de los hijos y su derecho es del todo inalienable, por lo tanto, la intervención del Estado no puede realizarse sin un claro respeto por las convicciones de los mismos.

2) No nos oponemos a ‘educar’, todo lo contrario, pero exigimos el respeto al derecho natural que como padres tenemos para elegir la correcta educación de nuestros hijos. No se nos puede limitar no restringir el Derecho Primario a educar en la sexualidad, ni mucho menos realizarlo en contra de nuestra voluntad, sino de manera articulada Familia-Escuela.

3) La enseñanza de Educación Sexual o mejor dicho, la Educación de la Sexualidad, en las escuelas y colegios, requiere el libre consentimiento de los padres, basado en el previo conocimiento y aprobación de los contenidos, de la idoneidad y correcta capacitación de los formadores, y a la adecuación de las temáticas a las diferentes edades de los educandos, entre otras; como ya lo hacen muchas de nuestras Comunidades Educativas, en el marco de la ‘Educación para el Amor’.

4) Esta tarea requiere definir qué entendemos por Educación Sexual, y dentro de este contexto qué es lo que deseamos transmitir. No se trata de regalar preservativos, de promocionar el llamado ‘sexo seguro’ de manera indiscriminada y sin un contexto de valoración de lo esencial: ‘La dimensión ética y moral de la sexualidad como parte de la educación integral’.

5) Cada Comunidad Educativa deberá formar un equipo de trabajo, en el cual los padres deben estar representados, a fin de estudiar y aprobar los contenidos de la currícula”.

En otro tramo, indica que “como padres valoramos la educación, mientras sea ‘Verdadera Educación’, por ello, la educación en la sexualidad debe garantizar entre otros temas:

1) La valoración del cuerpo como expresión del amor de una persona humana y no un simple objeto de placer.

2) La unión sexual, no es sólo unión de cuerpos, sino también de espíritus, ya que ésta es un acto de Amor y Responsabilidad propia del Matrimonio. La finalidad del sexo es la transmisión de la Vida.

3) La educación de la castidad y la virginidad, como virtudes que desarrollan una auténtica madurez de la persona.

4) El reconocimiento de la vida desde la concepción y valoración de los hijos como un don rechazando toda práctica y medicamentos de efectos abortivos como solución a la lógica consecuencia de la relación sexual, evitando los llamados “hijos no deseados”.

5) Como primeros educadores de los hijos, los padres tenemos el derecho y el deber de interiorizarnos y participar en forma activa en la definición de este tema”.

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