El médico explicó a Télam que "el encargado del Ceremonial del Vaticano y colaborador cercano del Sumo Pontífice, monseñor Guillermo Karcher, envió un mail en el que expresa que el Papa Francisco agradece esas líneas y que 'reza de un modo especial por los enfermos y el grupo de médicos'".
Gloazzo expresó la "enorme alegría" que despertó la llegada de este correo electrónico entre sus compañeros y los pacientes con los que pudieron compartirlo, y consideró que "éste debe ser el primer servicio médico en ser bendecido por Francisco".
El servicio de Medicina Neurolingüística fue fundado en 2008 por los doctores y magísters en Programación Neurolingüística (PNL) Julio Gloazzo (reumatólogo y actual Jefe del Servicio), William Estrada (neurocirujano y reumatólogo) y Juan Pablo Aguirre (urólogo y especialista en Andrología).
Todos los viernes, el servicio brinda terapias individuales a personas con distintas enfermedades, desde cáncer hasta problemas reumatológicos, trastornos alimentarios o disfunciones sexuales.
"¿Usted cree que se va a curar?", es la primera pregunta que los profesionales hacen a quienes concurren al servicio de Medicina Neurolingüística para conocer cuál es la percepción sobre la enfermedad.
"La idea es transformar a un enfermo pasivo en un enfermo activo contra lo que le pasa, ya sea un cáncer o una gripe; y para esto usamos la palabra, que es un latigador hormonal", explicó Gloazzo a Télam.
Esta disciplina orienta al individuo a realizar las acciones a favor de un cambio de actitud, las que son propuestas por el propio paciente. Para ello es necesario un mayor compromiso del paciente no sólo para curarse, sino también para no volver a enfermarse.
Según la experiencia, el uso de la palabra tiene efectos "increíbles" en las curaciones y los médicos aseguran que "poner en palabras las emociones contribuye a mejorar el sistema inmunológico y ayuda a curar o al menos a mejorar el curso de numerosas patologías".
La razón de este progreso se fundamenta en que realizan un abordaje integral del paciente, adoptando los tratamientos a la persona y no al contrario.
Para ello, toman en cuenta todos los elementos que intervienen en la persona, como sus creencias, nivel educativo, el trabajo, conductas y estado de ánimo, ya que la enfermedad no sólo afecta al cuerpo sino a todos los aspectos de la vida.
De esta manera aseguran que convierten a cada paciente en "un luchador, un guerrero" comprometido en su propia cura.
Fuente: Télam