Así lo confirmaron al cierre de esta edición altas fuentes policiales, encargadas de la investigación de este misterioso hecho que sembró conmoción en toda la comunidad.
Ambas mujeres se presentaron por sus propios medios en la subcomisaría y luego se dirigieron hasta la morgue del Hospital Zonal de Frías para realizar la tarea de reconocimiento. El hombre residía en el barrio Esperanza II más precisamente en la intersección de la calle Esquiú y el pasaje Castiglione.
Ayer por la mañana, la magistrada que dirige la investigación del caso, y la Policía, recibieron testimonios de vecinos y amigos en el afán de sumar elementos a la causa.
El hecho que sacudió a la comunidad friense comenzó el domingo último a la siesta cuando dos chicos que trampeaban pajaritos en la zona cercana al parque municipal se toparon con los restos de un hombre totalmente quemado, tirado al pie de un mistol, donde hace diez años se ahorcó un hombre. El hermano mayor de los chicos, una vez cerciorado de la macabra aparición, puso en conocimiento de la Policía sobre la situación.
El lugar está exactamente a 26 metros de la tela olímpica del sector norte del parque, donde también descubrieron una botella con un líquido combustible, posiblemente nafta, y un encendedor. La pericia forense realizada a media mañana, descartó la suposición de la Policía sobre la edad del fallecido (ver nota aparte).
Desde el mismo momento en que se produjo el hallazgo del cuerpo quemado y ante la carencia de una denuncia en las dependencias que reclame la desaparición de alguna persona, los investigadores desarrollaron un minucioso relevamiento de los complejos habitacionales cercanos al parque.
Fruto de ese trabajo salieron a la luz tres potenciales nombres de gente que no habían regresado a sus casas. Con el correr de las horas dos de ellos fueron descartados y la investigación se fue cerrando sobre Juan Carlos Pérez porque era la única persona de quien no se sabía precisar su paradero.
Según confió uno de los investigadores, Pérez arrastraba problemas familiares por cuanto su presencia en el hogar no era estable. Cuando salía se quedaba varios días en la casa de una familia amiga residente en el mismo barrio Esperanza II.
Las piezas del rompecabezas comenzaron a unirse cuando descubrieron que desde hacía un tiempo, este hombre no estaba en la casa. “La última vez que lo vieron sus amigos donde se quedaba a dormir fue el sábado a las nueve de la noche, con signos de haber estado consumiendo bebidas alcohólicas, inclusive se sospecha que esa misma noche habría estado en una bailanta de la zona céntrica y en un bar”, afirmaron.
Sin embargo los investigadores locales no se quedaron sólo con estas pistas, sino que se entrevistaron con la familia de vecinos en donde residía para que vieran los restos de la ropa que había logrado salvarse del incendio. Algunos reconocieron como las prendas que supuestamente vestía “Chanckay” la última vez que lo vieron.
A pesar de ello, la jueza utilizó la vía de la cautela para caminar sobre pasos firmes con el objetivo de dar con la persona sobre quien recaían las principales sospechas de identidad, por lo tanto prefirió esperar hasta que la familia de Pérez pudiera acercarse voluntariamente hasta la subcomisaría para manifestar la desaparición. “De no ser así, en las próximas horas íbamos a buscarlos” reveló la fuente.
No obstante, el misterio sobre la identidad del cuerpo quedará develado oficialmente luego de que se conozcan los resultados de las pericias de ADN.
Anoche, al cierre de esta edición, los familiares de José Luis Pérez reconocían el cuerpo y de los restos de las prendas de vestir recuperados.
Fuente: elliberal.com.ar
