El domingo 7 agradecemos la protección de la Virgen durante el sismo de 2004

(DIARIOC, 05/09/2008) Todo aquel que sienta en lo profundo de su corazón y valore la acción de Dios, a través de la Virgen María en su advocación del Valle, está invitado a participar de las celebraciones litúrgicas previstas para la ocasión.

El programa de la jornada es el siguiente:

5.00- Bajada de la Sagrada Imagen de la Virgen del Valle desde
el Camarín hasta el Atrio del Santuario y Catedral Basílica.
6.00- Administración del Sacramento de la Reconciliación.
7.00- Celebración del Sacramento de la Eucaristía.
8.00- Celebración del Sacramento de la Reconciliación.
8.55- Celebración central de la Eucaristía.
para reflexionar
2004 - 07 de setiembre – 2008


A cuatro años de la protección
maternal de María

Sin lugar a dudas, nuestra identidad catamarqueña está ligada a la presencia de la Virgen del Valle en medio de su pueblo. Más allá de toda creencia, la Imagen de la Virgen no pasa desapercibida y desde el más incrédulo hasta el devoto y creyente practicante de la religión católica, hablan en algún momento de sus vidas de Ella.

En la historia del pueblo de Catamarca, son muchos los signos que se le atribuyen como intervenciones directas de esta Mujer, que como verdadera Madre, protege a sus hijos. Son las “maravillas” de la Virgen, como se las llama popularmente.

Teológicamente, tendríamos que decir que es el mismo Dios quien lo hace a través de Ella, pero en el sentir colectivo, los habitantes de este pueblo, desde hace casi cuatrocientos años, ven en la Virgen del Valle el signo más claro de la presencia divina. Es más, este reconocimiento traspasa las fronteras y en todo el norte argentino encontramos una devoción particular hacia María del Valle.

Por todo esto, ¿cómo no reconocer que la Virgen actuó en el sismo del 07 de setiembre de 2004? ¿Acaso cuando la tierra nos hacía sentir su inestabilidad, no miramos a Ella e imploramos su protección?

Un año más queremos reafirmar nuestro convencimiento de que lo que sucedió ese día fue una mano protectora de María en el pueblo de Catamarca.

Claro, Madre, que si intervienes en las cosas materiales, también puedes intervenir en nuestros corazones. Ven a nosotros, invade nuestra vida con el amor de Dios, porque son muchas las debilidades que poseemos y para que lleguemos a ser ese Pueblo de Dios tan anhelado, necesitamos que como en el Cenáculo, donde estabas junto a los discípulos de tu Hijo, Tú seas ese medio para que el Espíritu de Dios nos transforme en verdaderos hijos tuyos y de Dios.