Con un programa de ocho encuentros entre mañana y el sábado, lectores, cocineros amateurs, curiosos y sibaritas podrán encontrarse con los chefs y especialistas argentinos más importantes que conversarán en un ámbito descontracturado sobre nuevas tendencias gastronómicas, libros y deleites locales.
Pero, ¿qué lleva a que la Feria le dedique un espacio tan intenso? "El mundo editorial de la gastronomía creció mucho estos años, pasamos de tener un par de títulos a que haya colecciones en este segmento como las de Planeta, Atlántida y Siglo XXI", dice Joaquín Hidalgo, curador del ciclo y periodista especializado.
Este fenómeno, agrega, "tiene mucha relevancia en la promoción turística. Es interesante que exista una producción de contenidos sobre gastronomía y vinos legitimada por el sector editorial".
"Milhojas" planteará el cruce entre ciencia y cocina, qué vinos beberemos en 2013, la evolución de la chocotorta al macarron y las mejores recetas de la tele. "Los invitados atraen gente y los temas tiene que ver con los últimos libros", indica Hidalgo.
Mariano Valerio, editor en Planeta de este exitoso género, sostiene que este boom "fue la gran novedad del sector. A partir de la aparición en 2008 del libro de Narda, Comer y pasarla bien, se vio que había un mercado ávido en el que nadie había reparado. También fue decisiva una señal como Gourmet, que dio a conocer a otra generación de cocineros".
"Hay libros que exceden la receta y son objetos. El de Narda es un libro que hay que tener, aunque no cocines. Hay gente que compra libros con recetas imposibles de hacer, pero queda bien tenerlos. Este comportamiento fue una sorpresa porque tienen precios relativamente altos", indica el editor sobre estas ediciones, que cuestan entre 150 y 300 pesos.
Narda, el nuevo clásico de la cocina nacional que será entrevistada públicamente el sábado próximo a las 16.30, "vendió más de 100 mil ejemplares y la gente hace esfuerzos para comprarlo. Ella es para todos, es popular", subraya Valerio.
En definitiva, resume el editor, hubo una serie de "coincidencias felices: cocineros con ganas de hacer libros, editores que vieron un nicho y una industria capaz de acompañar la movida".
Un libro de cocina debe tener un diseño llamativo, pero no excesivo y una buena confección. "Recién en los últimos años la industria argentina cuenta con imprentas para hacer publicaciones como en China, Inglaterra y Estados Unidos", informa Valerio.
La parte controversial del fenómeno viene con el «Pornofood», un concepto que equipara a la gastronomía con la pornografía. "Al mostrar un libro con fotos espectaculares de un plato se genera erotismo o atracción para consumir. Esto ha generado un debate en el mundo editorial al instalar la tentación de consumir alimentos que no lucen así cuando uno los come", dice Hidalgo.
Esta polémica se abordará en una charla sobre las fotos en los libros de cocina y el concepto de pornofood, con Valerio y el fotógrafo Eduardo Torres, también el sábado a las 18.30.
Y si de apetecible se trata, Gross, geoquímico y chef patissier desatará en la feria una pasión nacional: el chocolate, que él mismo define como lo que "consumimos porque es rico, que cuando éramos niños era algo que debíamos comerlo en poca cantidad y cuando uno llega a la adultez lo toma como una indulgencia".
Gross -que estará mañana a las 20.30- asegura que su primer libro, El ABC de la pastelería, salió "un poco por la indignación de escuchar tantas barbaridades en lo conceptos básicos y me dije «hay que arrojar luz sobre las técnicas de pastelería que gobiernan hace 200 años»".
Para él, un cocinero escribe por muchos motivos: "si está en los medios el público reclama las recetas para consulta y si sos docente las escribís para que queden como un manual".
En "Milhojas" se hablará sobre el libro Nueva Cocina argentina (Planeta) donde Pietro Sorba junto a jóvenes chefs pone el acento en una cocina que se define a partir de sus ingredientes, apuesta a la producción local y a que cada región mantenga su impronta.
Martín Baquero, mejor chef nacional según la Academia Argentina de Gastronomía e integrante de GAJO (Gastronomía Argentina Joven), grupo inspirador de esta corriente, opina que "hay una generación de cocineros que rompieron el molde de la cocina mixta criolla y desarrolla una cocina de autor".
Esta nueva forma, que tiene su correlato en relaciones con los productores de todo el país, un proceso lento de llevar a la mesa diaria. "Los comensales de a poco valoran la calidad de la materia prima y una cuidada elaboración. Es un momento de construcción para desarrollar una cocina con identidad propia", enfatiza.
Una apuesta a los ingredientes nacionales, nuevas formas culinarias y relaciones fluidas con productores arman un universo en donde el cocinero cobra otra relevancia como figura social y encarna un planteo novedoso que articula salud, tentación y equidad tanto en la cocina, en los libros como en la sociedad.
Fuente: Télam
