Un humorista que se ha ganado el respeto nacional en su rubro, cautivó a la complica platea catamarqueña durante casi una hora con trabajos de sketches, monólogos que en realidad son diálogos a dúo con el insuperable Japo Molas en efectos especiales y musicales.
Humor, skecht, cuentos y habilidad para el manejo del público, hicieron que Pailos se fuera ovacionado, con un aplauso interminable.
Minutos antes, Néstor Garnica y su violín elevaron el clima y el calor del Poncho con un renovado repertorio, que motivó largos aplausos de los presentes. Con una sólida puesta en escena, el santiagueño interpretó Pampa de Los Guanacos, Lagrimas Negras y Para los Ojos Más Bellos, entre los clásicos del folklore regional y nacional.
Acompañado en un tramo de su actuación por el catamarqueño Diego Córdoba, Garnica cerró su actuación con la clásica Canción del Violinero.
Más chacarera
La chacarera santiagueña fue el ritmo que inundó la sexta noche del Poncho, puesto que a la actuación de Garnica le siguió el Dúo Coplanacu, que con su caracterizado repertorio cumplió ante las expectativas del público presente.
Roberto Cantos y Julio Paz, habitué de los festivales veraniegos de esta provincia, interpretaron clásicos como Negra de Mi Vida, Escondido de la Alabanza, Mirar de Lejos, entre otros.
También subieron a escenario los ganadores del Pre-poncho Capital: Mario Palavecino, el Ballet La Quimera, Amalgama y Soles de América. Los Changos de Alijilán y el promocionado Sergio Valdez fueron de la partida.
La Recua, El Grupo Pirca y el Conjunto correntino Papi Niz fueron los que calentaron el clima para el ingreso de los números centrales, siendo reconocidos con un marcado aplauso por el público catamarqueño.