“El maltrato infantil es toda conducta que, por acción u omisión, produzca daño físico y psíquico en una persona menor de 18 años, afectando el desarrollo de su personalidad. Esta conducta es intencional y reiterada”, explicó Bettina Gómez, titular del Programa Violencia Familiar del Ministerio de Desarrollo Humano.
La intervención ante un caso queda en manos de un equipo interdisciplinario integrado por psicólogas, trabajadoras sociales y abogados. “Si bien no se realizan tratamientos psicológicos, se acompaña terapéuticamente a la víctima y a su entorno para lograr un cambio en la dinámica familiar. El objetivo es proteger y restituir el derecho del niño”. El año pasado, se asistieron a 304 niños, niñas y adolescentes (270 por maltrato y 34 por abuso sexual).
El mecanismo
Gómez comentó que los casos ingresan al Programa de Violencia Familiar por oficio judicial, demandas espontáneas y derivaciones de escuelas, centros de salud, policía y otros programas. Las personas que detecten algún atropello violento contra chicos pueden dirigirse a 20 de Febrero 326.
“Generalmente tenemos que usar recursos ajenos. Es necesario que una persona le genere confianza al niño para poder expresar su situación. Puede ser el docente, un familiar, un referente del centro vecinal u otra institución”. El equipo que diálogo con El Tribuno destacó que esa persona debe respetar un derecho del niño: la intimidad. “No puede ir a divulgar lo que el chico le confió. Es importante saber escuchar a los niños y respetarlos. Si se animó a hablar, no hay que abandonarlo”, agregaron.
En el aula
Gómez sostuvo que “en la escuela, una institución intermedia, se repiten los modelos sociales y familiares”. Es un escenario donde se ponen en evidencia todas las mochilas que los chicos cargan sobre sus espaldas.
A través del programa Violencia Familiar, en los establecimientos educativos de la provincia se realizan capacitaciones a docentes y directivos.
Desde una propuesta pedagógica, se comparten herramientas para prevenir la violencia, promocionar y fortalecer “las habilidades para la vida”. En la cartilla que se distribuyen en las instituciones se indica que “cuanto más temprano se empieza a enseñar a los niños otros modos de relación y comunicación para resolver los conflictos que se plantean entre humanos, sin violencia, mejores resultados obtenemos”.
Fuente: El Tribuno de Salta