En el año 75º aniversario de la creación de la Diócesis de La Rioja, también se celebraba los 800 años de la Orden Franciscana y 400 de la Orden Provincial. Es en ese marco se llevó a cabo por calles capitalinas la tradicional procesión en honor a San Francisco Solano que se realiza desde hace noventa años en forma ininterrumpida y que en esta oportunidad celebraba el Año Sacerdotal.
En la mañana de ayer el grupo de fieles, visiblemente más reducido que en años anteriores, partió luego de la celebración de la misa en la iglesia San Francisco de Asís y en donde también se celebraron los rezos de la novena, en medio de cánticos y plegarias al Santo Patrono del Folklore Nacional.
Minutos antes de las 11 y a la altura del Km. 6 de la avenida San Francisco y medio en la zona de La Quebrada se produjo el emotivo encuentro entre San Francisco Solano con el Niño Jesús Alcalde.
Aquí los fieles cristianos rindieron culto al Niño Jesús Alcalde a través de las tres genuflexiones que hicieron referencia a la salud, la educación y el trabajo, al autor de la paz y la justicia y al gestor de la fraternidad, momento que culminó con un efusivo aplauso al grito de ¡Viva el Niño Alcalde!.
De esta manera y en compañía de integrantes de la Juventud Franciscana (JuFra), que guiaron el recorrido con vivas y rezos, dio continuidad la procesión hasta el templo de Las Padercitas donde se celebró la tradicional Eucaristía presidida por el obispo Roberto Rodríguez, quien estuvo acompañado de frailes misioneros y sacerdotes.
MENSAJE DE REFLEXIóN
Luego de las palabras de bienvenida y lecturas bíblicas, el obispo Rodríguez ofreció su palabra a través de una homilía en la que transmitió un fuerte mensaje social evocando a las recientes declaraciones del papa Benedicto XVI sobre “el escándalo de la pobreza en Argentina”.
“Tenemos que ver en el gesto de San Francisco Solano -dijo el obispo- los mismos orígenes del ser riojano, él mediante su meditación logró el encuentro de dos culturas, que pronto se transformara en ese maravilloso mestizaje del pueblo riojano, con todos sus valores, el pueblo pensante, el pueblo de la fiesta, de los músicos, de los poetas y de los científicos también, el pueblo de la gente humilde y ahí es donde se debe producir el desafío”, manifestó el prelado al inicio de su homilía.
“Cuando el papa Benedicto -advirtió- habla del escándalo de la pobreza es ante la riqueza que tenemos de la tierra fértil, el escándalo está en que teniendo todo lo necesario para producir el alimento hay gente que vive en la miseria, no sólo un gobierno sino todo el pueblo tiene que pensar por qué ocurre esto. Se trata de pensar en las causas de la falta de pan donde el milagro sería el genio de poder producir lo que el pueblo necesita a partir de la tierra fértil, de la inteligencia, de la ciencia y la tecnología, de la educación que saca a la gente de la postergación cultural, dando calidad educativa, y a partir de la creación de fuentes de trabajo. Así entonces saltaremos el escándalo que consiste en que teniendo lo necesario no vemos los resultados”.
“Esta fiesta de hoy nos lleva a pensar sobre el pan porque todos comemos de un solo pan, y por lo tanto formamos un solo cuerpo que es la Iglesia, y que junto con el Papa nos dice a los obispos argentinos que el pueblo de Dios tiene que tener una presencia incisiva en medio de la sociedad, debe largarse a pensar y actuar para cambiar la situación. Tenemos entonces varías responsabilidades y esta señalización del origen mismo del pueblo riojano tiene que ser el cultivo porque los orígenes tienen que impulsar el presente. Llevemos adelante la intuición de San Francisco Solano y el Niño Jesús Alcalde que surgió del Encuentro de esas dos culturas. Tenemos que pensar en los jóvenes y niños ya que a ellos tenemos que entregarles la posta, ellos deben prepararse conscientemente para alcanzar una madurez cultural y no pensar en la juventud cómo un momento alegre y nada más. Enseñémosles a amar desde la familia porque la primera experiencia que hace el niño de la relación humana y el amor es en la familia, démosle una familia digna para que en ese seno pueda pensar”.
“La celebración de hoy no se cierra cuando San Francisco vuelve a su casa sino que se abre hacia el futuro, hasta el próximo año en que podamos celebrar esto pero más enriquecidos, porque hemos llevado a la práctica lo que la palabra de Dios nos impulsa. Pidamos para que esta fiesta se transforme en una acción concreta e incisiva para el crecimiento del mismo pueblo”, concluyó el mensaje del obispo.
Para finalizar y luego del almuerzo a la canasta celebrado entre los asistentes el alrededor de las 16 dio comenzó el regreso de la peregrinación.
Fuente/ elindependiente.com.ar
