"Sin duda es un hecho trascendente, que se sitúa dentro de una visión que desea mostrar el poder de incorporación que tiene la gran mutación tecnológica que sacude al mundo, que toma de este nuevo universalismo algunos aspectos vitales relacionados con los derechos humanos, que obligan a repensar las relaciones entre los países latinoamericanos y observar con interés los intentos de Obama por recuperar algo de sus promesas iniciales, asfixiadas por el giro de ultraderecha que dio la sociedad norteamericana y su parlamento.
De todas maneras, se abrirán nuevos problemas vinculados a la posibilidad de que estos tratados en donde predomina la racionalidad de rasgos humanitaristas, puedan desprenderse a su vez de las formas más crudas de la razón capitalista que siempre acecha a estos gestos simbólicos y diplomáticas, desde luego, para nada desdeñables".
Fuente: Télam