De Razquin se puede decir que fue un autodidacta, un andinista apasionado, o un arqueólogo estudioso, pero lo notable es que en las épocas en que no existían radares satelitales ni computadoras, él hizo pronósticos increíbles munido sólo de un teodolito de agrimensor, observando a las hormigas, o por el cantar de losgallos a horas no habituales.
Don Bernardo, que murió en marzo de 1988 a los 82 años en su Mendoza natal, sólo llegó a estudiar hasta cuarto grado primario, pero a pesar de no contar con estudios formales, sus servicios fueron requeridos hasta por la NASA, y hoy hay calles, escuelas y museos que llevan su nombre. ( Télam)