Consultado por EL LIBERAL, el intendente de Colonia Dora, Juan Sequeira, dijo que “el temor existe, porque el agua sigue pasando y porque todavía queda mucha agua en los bañados, a pesar de que el clima ha ido acompañando”.
En la anterior crecida, la inundación del lado este de Dora, entre las rutas 92 y 34, se produjo, precisamente por la rotura de una alcantarilla.
En esta oportunidad, personal de Vialidad de la provincia y de una empresa constructora hicieron un corte controlado del pavimento, para evitar un desborde masivo en la alcantarilla que está ubicada un kilómetro antes del río Salado, de Colonia Dora a Añatuya.
“Todavía quedan otras cuatro alcantarillas, que podrían también tener problemas, porque la presión del agua es muy grande”, remarcó Sequeira.
Ayer, pasadas las 19.30 se terminaron los trabajos de rellenado de la alcantarilla destruida, y se habilitó el tránsito sobre un tramo de unos 20 metros cubiertos con piedras y escombros.
Fuente: elliberalweb.com.ar