La Secretaría de Obras Públicas de la Nación girará $ 1,7 millón por medio de la Municipalidad de la capital para financiar distintos trabajos de reparación y restauración, confirmó el arquitecto Andrés Nicolini, a cargo de la Dirección Nacional de Arquitectura en Tucumán. Sin embargo, Fernando Insaurralde, secretario de Obras Públicas del gobierno de la ciudad, dijo a LA GACETA que el Gobierno nacional todavía no envió el dinero.
El deterioro es imparable. Nicolini levanta la mirada y descubre que también se ha caído una amplia superficie de mayólica que recubre la cúpula del templo. "Hace unos días esto estaba en su lugar", reniega el experto mientras conduce a LA GACETA hasta el campanario, por una escalera caracol de metal que los años han dado el aspecto de insegura. La terraza está sembrada de cascotes de distintos tamaños, desprendidos de las molduras del campanario.
El proyecto presentado por la Dirección Nacional de Arquitectura se inició en 2004. Al año siguiente se licitó pero no se preadjudicó y en 2006 se completó. Hace un mes y medio el intendente, Domingo Amaya, firmó el convenio con la Nación.
Murales perdidos
Según explicó Nicolini, los principales problemas del templo están ocasionados por el ingreso de agua por techos y desagües en mal estado hacia las paredes. La humedad ha causado la pérdida de las pinturas murales, especialmente en la sacristía, donde están los trabajos del artista italiano Aristene Pappi (datan de 1925); hoy están prácticamente destruidos. Sobre la mesa de la misma sacristía siempre hay trozos de argamasa que caen del techo.
Nicolini también indicó la necesidad de minimizar los asentamientos del terreno para evitar que se sigan produciendo grietas (la más grande está en la pared y en el techo del altar central y ocupa más de tres metros) y fisuras. El hundimiento de los cimientos se debe a la humedad que proviene de las napas freáticas.
El templo San Francisco es monumento histórico nacional desde 1963. En 1812 funciónó como cuartel del Ejército del Norte al mando de Manuel Belgrano y en 1816 fue sede del solemne Tedéum que se oficio tras el Congreso independentista.
Fuente/ lagaceta.com.ar