La fe es la aliada por excelencia en esta instancia de la peregrinación, porque el agotamiento y la debilidad muchas veces atentan contra la misión espiritual de llegar a los pies de la Virgen Morena.
“Es una especie de fuerza sanadora”, contó a EL LIBERAL una joven santiagueña en el límite interprovincial con Catamarca, donde el rendimiento flaquea después de una agitada noche tratando de escapar del granizo que la sorprendió kilómetros atrás.
Ya se encuentran en suelo catamarqueño, y aunque todavía queda la mitad del camino por delante, “la devoción por la Virgen del Valle hace que se piense solamente en llegar para besar la imagen”.
“Sólo el peregrino y la Virgen saben lo que cuesta cada paso que se da. Aunque se intente describir con palabras nunca es exacto el sentimiento”, explicó Mónica Méndez, del grupo San Esteban, mientras mira la enorme imagen de la Virgen Morena que recibe a los devotos en la entrada a la vecina provincia.
“A esta altura de la caminata se siente mucho cansancio. El tornado nos sorprendió y asustó más de la cuenta. Nos preguntábamos incluso si continuar o no, pero hoy el grupo está de pie y sigue caminando”, advirtió visiblemente emocionada por haber llegado a la mitad del camino.
“Te alienta saber a dónde vas”, reconoció la mujer, quien caminó toda la noche mojada como consecuencia del fenómeno de agua, viento y granizo que azotó las localidades de Santa Catalina, Paraná y las sierras de Guasayán.
Todos en el camino coinciden que este año la naturaleza les está colocando varios obstáculos que les dificulta la peregrinación.
En la plaza central de Las Cañas, los distintos grupos acamparon para descansar y marchar rumbo a una nueva parada, Guayamba. Ese será el lugar indicado para recuperar fuerzas, y también prendas, colchones y víveres que fueron arrasados por el temporal.
A lo lejos, un conjunto de carpas, música y baile, anunciaba la presencia del grupo Santa Clara de Asís que partieron desde Santiago del Estero y celebraban haber llegado al kilómetro 120.
Con los pies descalzos en la tierra húmeda, trataron de recobrar las energías para partir nuevamente con el objetivo de llegar al kilómetro 135, donde los espera el fascinante paisaje de Guayamba. A partir de allí, otras serán las emociones para contar, porque todavía faltan más de 100 kilómetros para llegar a la Virgen.
Fuente/ elliberal.com.ar
Fuerza.....
Por: Juan carlos el 04-12-2009 a las 11:29