¿El motivo? Las ardorosas medusas llamadas "aguavivas" -que por fortuna no son mortales como sus parientes, la "avispa de mar" y la "fragata portuguesa"- que se acercan a la playa cuando sopla el llamado "viento de los locos" y producen ardor y dolor no bien sus filamentos tocan la piel de desprevenidos bañistas.
Por suerte, el cuerpo de bañeros de ese balneario, ubicado a 106 kilómetros de Bahía Blanca, posee en su arsenal de ayuda los elementos adecuados para combatir el ardor: se trata de aplicar sobre la piel ácido acético en aerosol, lo que evita que se amplíe la dispersión de la sustancia agresiva de los filamentos.
Un remedio casero es el vinagre, que también posee ácido acético, el agua fresca y también el hielo. (Télam).-