Estos datos rebajan las cifras de estimaciones anteriores de gobiernos locales y de organizaciones como Naciones Unidas, que elevaron el número posible de muertes hasta los 10.000.
En cambio, el balance del Consejo coincide con la cifra ofrecida por el presidente filipino, Benigno Aquino, que en una entrevista a la cadena CNN situó el número de fallecidos entre los 2.000 y los 2.500.
"Diez mil, creo yo, es demasiado", afirmó Aquino, quien consideró que los funcionarios locales que proporcionaron esa estimación facilitaron los datos demasiado pronto como para poder calcular una cifra precisa, según despacho de EFE.
En total, Naciones Unidas estima que unos 11,3 millones de filipinos se vieron afectados por el tifón, de los cuales unos 673.000 se quedaron sin hogar.
Fuente: Télam