A su arribo fue recibida por el Suboficial Interino Alcaide Martín Roncoroni, y todo el personal de la guardia saliente, que se quedó recargado para esperar a la Sagrada Imagen, la cual fue colocada en un altar preparado en una galería del sector de administración. También se encontraba en el lugar el capellán de la cárcel, Pbro. Bartolomé Zenteno, junto con miembros de la Pastoral Penitenciaria.
Desde allí ingresó a todos los pabellones, 26 en total, donde fue recibida con mucha emoción y respeto por los hermanos internos, quienes la esperaban ansiosos. Estuvo en el sector de sanidad, en las oficinas, en las instalaciones donde se practica deportes, incluso llegó hasta el sector de las celdas de aislamiento. En la torre central fue recibida por el personal de guardia y grupos especiales, y continuó su desplazamiento por otros sectores del penal.
En la ocasión se hicieron ofrendas personales, en tributo a la Morenita del Valle por la profunda devoción que despierta en el corazón de sus hijos.
Luego del intenso recorrido, la Sagrada Imagen volvió al ingreso de la unidad penal, donde fue despedida por todo el personal sin distinción de jerarquías.
Con la relación a la experiencia vivida con la presencia de la Virgen Morena en el Servicio Penitenciario, la oficial Procopio, quien la escoltó en vehículo dijo que “fue una pasajera de lujo para nosotros. Y cuando estuvo en nuestra casa se vivió mucha emoción en todo momento”.
Por su parte, el oficial Vega comentó: “Notamos que si bien existen diferencias entre el personal y el internado, ante la presencia de Ella se notaba la igualdad entre todos. Descubrimos que ante Ella somos todos iguales. Entró la Virgen y nos adormecimos, se calló el penal. En silencio, vivimos una verdadera fiesta”. Y agregó que el pedido de la presencia de la Virgen “surgió tanto de nosotros como de los internos, de los dos lados teníamos la necesidad de que Ella venga a visitarnos”.
En la Correccional de Mujeres
La visita de la Madre del Valle se completó con la llegada a la Correccional de Mujeres, donde fue recibida por todas las internas y el personal de guardia. Allí se vivieron muestras de profunda fe hacia la Madre de Cristo en su advocación del Valle.
El itinerario finalizó con el regreso de la Santísima Madre a Santuario y Catedral Basílica, que la guarda celosamente, y que por estos días es el epicentro de las manifestaciones de fe y amor más profundas hacia la Patrona del Valle.