En este sentido, enumeró las distintas áreas, problemas y emergencias que para Sorín requieren de una mirada y una acción "diferente, profunda, inclusiva, social, de defensa del patrimonio, de la identidad, de la memoria, de los valores del ciudadano, de su participación y decisión en las medidas que se adoptan".
El experto destacó además que la ciudad y el conurbano forman "algo indisoluble por más que existe un límite físico, porque ese límite es atravesado todos los días por más de un millón y medio de autos y por más de dos millones de personas".
Frente a esta realidad remarcó que "es necesario que exista un ámbito de discusión metropolitana" y añadió que ésta es una de las principales problemáticas que "está trabando muchas soluciones".
Sorín se refirió también a la "falta de una red de transporte público decente" y destacó que "hay que pensar una nueva red de subtes; hay que invertir mucho, pero Buenos Aires es una ciudad que puede hacerlo porque tiene un suelo que lo permite".
"Esta es la primera discusión acerca de cuál es la red de transporte público necesario: hay propuestas importantes, la mayoría no proviene del ejecutivo de la ciudad, muchas son de los mismos gremios o asociaciones de trabajadores", agregó.
La vivienda es otro de los temas críticos, y en este sentido la "emergencia habitacional" declarada por la legislatura porteña en más de una oportunidad pero vetada por el ejecutivo, revela "que hay una negación y una falta de política pública habitacional", dijo Sorín.
"En los últimos siete años se construyeron alrededor de 100 viviendas por año desde lo público, prácticamente nada, lo mismo con el sistema de crédito, mucha publicidad pero en la realidad se presentaron 200.000 solicitudes al Banco Ciudad y solo se otorgó el 5 por ciento", especificó.
Con respecto a las villas de emergencia, aseguró que debería encararse una ´integración urbana´ referida a la infraestructura, servicios, seguridad, calles, como lo tienen otras zonas de la ciudad.
El contraste con esta realidad "de inequidad espacial", como definió el arquitecto, se ve en "la enorme cantidad de viviendas construidas en la zona norte de Buenos Aires que están desocupadas, porque son concebidas como reserva de ahorro y no como un bien social".
"Entonces -continuó- tenemos que ponernos a discutir qué pasa con la propiedad y cuál es su función social, lo cual significa ponerle un freno a la especulación", y en esta línea consideró que el gobierno porteño "encaró el desarrollo urbano desde el punto de vista inmobiliario favoreciendo las inversiones especulativas".
En este marco, describió a Buenos Aires como "la ciudad más desigual del país" y precisó que en el ámbito porteño hay "un hacinamiento de alrededor del 10 por ciento; en las villas es del 50 por ciento y en los hoteles e inquilinatos del 70".
Al referirse a la inversión en políticas sociales, Sorín fue contundente: "En los últimos años se hundió; el presupuesto de salud 2014 es peor que el de 2013 y que el de los últimos siete años; en 2005 el 5 y pico por ciento del presupuesto se dedicaba a vivienda y en 2014 se plantea el 2.1".
"Y de ese 2.1 -continuó- el 20 por ciento lo aporta Nación a través de planes federales, el 20 por ciento es para sueldos; se termina ejecutando entre el 50 y 60 por ciento del presupuesto".
El funcionario marcó otras prioridades en la ciudad que van desde la situación en el área de salud y educación, hasta "la falta de un plan de gestión que involucre a los vecinos para cuidar los espacios verdes, y la necesidad de una política para defender el patrimonio", tanto material como intangible.
"En la década del ´90 el neoliberalismo avanzó sobre el patrimonio intangible en una Buenos Aires participativa, con una fuerte utilización del espacio público, que tiene que ver con la mixtura social, y avanzó hacia una ciudad individualista, de shopping, de lugares cerrados, de falta de convivencia", recordó.
Y opinó: "Este gobierno está intentando avanzar en ese sentido y algún sector de la población lo acompaña".
Calificó a Buenos Aires como "una ciudad muy linda para vivir porque tiene un patrimonio, una historia, un sector de su población que colabora para que la vida sea mejor, pero que ha sido agredida en los últimos 30 años por políticas que buscan que esa formas terminen".
"Entonces -sintetizó- tenemos una ciudad que es amistosa por un lado, complicada en su vida cotidiana y más complicada aún por la falta de políticas públicas que rescaten valores como la vecindad, la utilización del espacio público, no ver al otro como un enemigo, cosas que en la ciudad de Buenos Aires hay que discutir y pelear".
Fuente: Télam
