Ante un templo colmado de feligreses, el joven Eduardo Ontivero tuvo a su cargo las palabras de despedida al Padre Fernández, destacando “su indiscutible trayectoria, tanto desde el punto de vista intelectual como de pastor de esta comunidad, que lo hizo merecedor del reconocimiento de los catamarqueños. Supo armonizar su trayectoria como pensador, escritor, intelectual con su condición de hombre al servicio del Señor. Ambas facetas perfilaron una personalidad virtuosa y carismática, de pensamiento profundo, crítico, de pluma de alto vuelo, que fue un complemento de su condición de pastor. El trabajo con las instituciones, la catequesis, los barrios, el contacto con los fieles, tuvieron por años el sello de manera de ser”.
Seguidamente, la señora Alicia de Torres Palacios, en nombre de la comunidad, dio la bienvenida al Padre Moreno, expresando: “Lo recibimos con alegría y esperanza, con confianza que por la gracia del Señor estrecharemos vínculos para seguir trabajando por el Reino de Dios. Con su juventud y su experiencia recogida en el interior de la provincia, seguramente sabrá comprendernos y ayudarnos a crecer en la fe”.
Continuando con la ceremonia litúrgica, el Secretario Canciller de la Diócesis, Pbro. Juan Néstor Olmos, leyó el decreto de nombramiento del Pbro. Héctor Moreno como nuevo Párroco, y del Pbro. Elio Fernández como Párroco Emérito. Tras lo cual, el nuevo pastor de esa comunidad parroquial roció agua bendita en los presentes y recibió el Evangeliario.
En su homilía, Mons. Urbanc agradeció el servicio brindado por el Padre Elio durante tantos años en la parroquia de Jesús Niño, y recordó la visita pastoral que realizó a la parroquia, en el 2009, lo que constituyó “una gran alegría haber podido caminar con él la jurisdicción parroquial, y haber participado en algo que me conmovió mucho. Él parado en el centro del templo lleno de niños, un día sábado, preparándolos para la catequesis, y él se puso a cantar y todos los niños lo seguían”. De esta manera destacó la gran relación entre el sacerdote y los niños. “Muchas gracias, Padre Elio, por lo que usted pudo dar a esta Iglesia de Catamarca, a través de su trayectoria como periodista... Siempre tendrá el afecto, el cariño de todos. Y tendrá la oportunidad de contemplar lo que Dios obró a través de su persona”, dijo el Señor Obispo.
“Ahora le toca al Padre Héctor, con diez años de sacerdote, asumir esta responsabilidad, con ganas de trabajar, con proyectos, pero siempre en el espíritu de esta gran Misión Diocesana Permanente. Así como al Padre Elio le tocó iniciar esta misión, al Padre Héctor le corresponde continuar esta tarea. Y todos ustedes, juntos, colaborando para que esta Misión Diocesana se lleve a cabo, y llegue a todos los corazones, de un modo particular en el Año de la Familia, con ese hermoso lema que ustedes a través de sus delegados han elegido: ‘A tu familia Dios la ama’”.
Finalizada la predicación, el nuevo párroco realizó la profesión de fe, el juramento de fidelidad y la renovación de las promesas sacerdotales. Luego recibió los óleos, que serán usados en la administración de los sacramentos; y el pan y el vino, que consagrará en cada Eucaristía. También recibió la llave del Sagrario para la reserva del Santísimo.
“Voy a estar siempre con ustedes”
El Padre Fernández se despidió de los fieles de la jurisdicción parroquial, que se dieron cita en el templo ubicado en calle Zurita y avenida Além, y a quienes sirvió durante 20 años. “Voy a estar siempre con ustedes”, expresó, tras agradecer la presencia de los mismos en un día tan especial.
“Ustedes son mi gloria y mi corona”, enfatizó el sacerdote, cuyas palabras fueron cerradas con un prolongado y caluroso aplauso de los participantes de la ceremonia.
A su turno, el Padre Moreno agradeció al Señor Obispo la confianza que depositó una vez más en su persona, y la presencia de cada uno de los hermanos sacerdotes que lo acompañaron durante la celebración eucarística, y enfatizó: “Vengo como ministro de la Palabra de Dios y de los sacramentos, como guía de la comunidad. Vamos a tratar de dar lo mejor de nosotros mismos. Me gusta trabajar. En esta noche nos encomendamos al Espíritu Santo para que guíe nuestro caminar en esta comunidad”.
