Catamarca
Martes 23 de Abril de 2024
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"Es más fácil manipular a través del silencio que de la mentira"

Lo aseguró el español Alex Grijelmo, periodista de estirpe que va por la decimoctava versión de "El estilo del periodista", un ícono bibliográfico que documenta las transfomaciones del género al calor de las innovaciones digitales y las mutaciones de la lengua.
Con la alquimia imperturbable de los clásicos pero al mismo tiempo dócil a los volantazos impuestos por las transformaciones sociales, la renovada obra del ex director de la agencia EFE da cuenta de un nuevo escenario en el que la noticia ya no es potestad de los medios impresos sino de sus soportes digitales, investidos para la primicia gracias a su habilidad para operar casi en simultáneo con la realidad y para viralizar un contenido en cuestión de segundos.

Sin embargo, no hay un "fin de la historia" para la vida útil de los periódicos sino un reacomodamiento crucial para subistir en esta nueva cartografía en la que deben sacarle chispas a los antiguos roles de reparto porque los protagónicos -vinculados al anuncio de una noticia- ya no están en sus manos.

"Creo que el periodismo impreso aún tiene una oportunidad de sobrevivir. Pero a cambio de una transformación -destaca Gijelmo a Télam desde España-. Pienso en periódicos de menor tirada y de mayor calidad, y, como consecuencia, un poco más caros en el punto de venta; destinados a un público que necesita ordenar lo que ya conoce por otros medios, que busca una jerarquización de la realidad con interpretaciones honradas y neutrales".

"Creo que el periodismo impreso aún tiene una oportunidad de sobrevivir. Pero a cambio de una transformación. Pienso en periódicos de menor tirada y de mayor calidad"(FL)
La apreciación del actual director adjunto del periódico El País tiene su correlato en "El estilo del periodista" (Taurus), donde sostiene que los medios impresos no desaparecerán pero reformularán su sentido a partir de la re-jerarquización de géneros que tradicionalmente eran considerados laterales, como la crónica, el reportaje o el análisis.

¿Los cambios de hábitos de los lectores han sido decisivos en esta redefinición de roles? "Los lectores son y serán claves en eso, claro -asegura Grijelmo-. Y los periodistas se adaptarán a la nueva realidad, imagino, para elaborar textos más interpretativos pero sin caer en juicios de valor gratuitos ni en opiniones infundadas".

"La diferencia de géneros periodí­sticos y su correcta presentación como tales me parece fundamental. El lector debe saber en cada texto periodí­stico ante qué grado de presencia del autor se encuentra: desde el mí­nimo en la noticia hasta el máximo en el artí­culo de opinión, pasando por los sucesivos grados intermedios del reportaje, la crónica, el análisis o la crí­tica", analiza.

Los dilemos éticos -reactualizados a partir de las nuevas herramientas digitales que permiten desde retocar las imperfecciones de un rostro hasta reunir en una foto a dos figuras que no han compartido jamás espacio físico- siguen acechando al periodismo, aunque para Grijelmo el mayor peligro no está en lo que se tergiversa sino en lo que se escamotea.

"Hoy es más fácil manipular mediante el silencio, porque lo que se calla no se puede comprobar", indica el autor de "La información del silencio", una obra que estudia las implicancias de las formas de manipulación centradas en la autocensura y la omisión.

"Si escribes un dato equivocado, alguien se dará cuenta. Todo es más comprobable. Pero si omites un dato, esa sustracción puede pasar inadvertida. Y si alguien descubre que falta un detalle cuya presencia habrí­a alterado la percepción de todo el relato, el autor podrá escudarse en que lo desconocí­a o en que se le olvidó. El silencio es una buena forma de tergiversar", explica.

Grijelmo es una de las voces más respetadas del periodismo iberoamericano; doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, escribió una decena de libros, ocupó cargos centrales en los principales medios españoles como El País y la agencia de noticias EFE -que dirigió entre 2004 y 2012- y además forma parte del jurado que entrega el Premio Prí­ncipe de Asturias de las Letras.

A 17 años de su aparición y a pesar de las sucesivas revisiones que han mediado desde entonces, el periodista sostiene que los principios fundantes del oficio recorridos en su legendario manual "El estilo del periodista" se mantienen inalterables.

"Los pilares del periodismo siguen inmutables: la necesaria veracidad de la información, la obligación de escuchar a la parte perjudicada por una noticia, la neutralidad a la hora de transcribir las opiniones ajenas y hasta contrarias", enumera para luego enfatizar: "Los lí­mites éticos del oficio continúan en pie, no se han alterado".

"Por otro lado, las nuevas tecnologí­as nacidas y crecidas en estos años nos proporcionan muchas ventajas de acceso a la información, pero también muchos peligros como contrapartida: el no movernos de la silla, que miremos la realidad a través de una pantalla; el dar por buena cualquier información que tomamos de Internet, las posibilidades técnicas de manipulación de las imágenes", señala.

Y sobrevolando ese inventario de riesgos, nada más espinoso que la tendencia a la banalización y simplificación de los contenidos. "Tengo la sensación de que las ideas se están estrechando en las redes sociales y en Internet, de que se opina más a brochazos que a pinceladas -alerta el hombre nacido en 1956-. Expresiones como ´quizás´ o ´tal vez´ van desapareciendo de los mensajes. Deberí­amos cuidar más los matices y las dudas. En eso hemos perdido finura".

¿En qué medida resulta decisiva la autodeterminación de las audiencias? "Los periodistas hacemos productos destinados a un público, y los estudios de mercado forman parte de nuestro negocio. No veo nada malo en ello. Ahora bien, eso no puede condicionar los planteos éticos ni ocasionar que se oculte información", matiza.

Ajeno a las imposturas dramáticas, el autor de "La gramática descomplicada" cree que es posible fijar posición frente a la sobreabundancia de información y a los rumores inclasificables que echan a correr las redes bajo el pretendido status de noticia

"Insisto: hay que verificar, verificar, verificar -subraya-. Internet es un basural repleto de joyas y para moverse en él no hace falta tanto la habilidad de la búsqueda como el discernimiento respecto de lo que se encuentra".

¿Por qué siempre ha resultado tan controvertida la relación entre el lenguaje y el periodismo? "El periodismo necesita del lenguaje, es su materia prima. Quien no tiene una buena relación con la lengua no puede tener una buena relación con el periodismo. Y tener una buena relación con la lengua no es sólo escribir con buena sintaxis, sino también respetar el significado real de las palabras", concluye Grijelmo.

Fuente: Télam

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