Catamarca
Viernes 19 de Abril de 2024
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Escritores abordan el fenómeno de los festivales literarios

Invitados a participar del tercer Festival de Literatura Filba Nacional, que se desarrolla hasta el próximo domingo en la ciudad de Azul, los escritores Sergio Chejfec, Jorge Consiglio y Gabriela Cabezón Cámara explicaron su visión del encuentro a partir de su propuesta federal, la producción local y la importancia del intercambio fuera de Buenos Aires.
En diálogo con Télam, el escritor Jorge Consiglio, parte del consejo asesor del Filba, dijo que "los festivales literarios contribuyen a la reflexión, al debate y a la promoción de la literatura y la lectura: en el Filba, en particular, hay un verdadero clima de intercambio, las actividades son muy variadas".

"Por una parte -amplió- es tradicional en este festival la presencia de talleres o clases magistrales a cargo de artistas muy prestigiosos. Son de enorme valor. Pienso, por ejemplo, en las actividades que hay programadas: el Taller de crónicas de viaje, coordinado por Hebe Uhart, o el de biodrama que dictará Vivi Tellas, o el Taller de poesía a cargo de María Negroni".

El autor de "Pequeñas intenciones" consideró que "también son muy importantes, por el contrapunto de opiniones y la tensión que generan, los paneles con invitados".

"Además, las lecturas y los recitales con micrófono abierto funcionan como una puesta en acto, como una exposición práctica, de todo lo que se viene hablando", agregó

Consiglio indicó que "generar una movida que involucre a los autores locales funciona siempre como una de las prioridades del Filba Nacional. En el festival de Azul, tuve la posibilidad de verlo más de cerca porque formé parte del comité asesor. Me parece clave que en literatura, como en cualquier otro ámbito, funcione la descentralización.

"Que los festivales sean itinerantes y que las cabezas de quienes los organizan estén abiertas contribuye, sin duda, al conocimiento de lo que se produce en literatura fuera de la capital. Sé poco de la literatura de Azul. Sé que hay un grupo de poetas, pero espero en este festival juntar nombres de autores y libros para leer", dijo el escritor.

Por su parte, Gabriela Cabezón Cámara subrayó que la importancia del festival reside en "el encuentro: charlar entre nosotros los escritores y los lectores más comprometidos sobre qué nos interesa, qué nos mueve, qué nos pasa. Escuchar al lector, recibir otra obra: la lectura".

"Lo interesante es la perspectiva del abanico que se abre -continúó la autora de "La Virgen Cabeza"-. Para ser un país tan cabeza de Goliat, es asombroso y maravilloso lo que sucede fuera. En el cuerpo, en la médula somera y ganadera. Preferiríamos que fuese industrial, claro, pero es lo que es ahora. Y está lleno de talento".

"De la literatura de Azul conozco sólo dos emergentes: el Festival Cervantino y Juan Marcos Almada. Los dos me llenan de ganas de saber más. El Filba es la oportunidad", comentó la escritora.

Para Cabezón Cámara "este festival me parece una forma efectiva de acercarse a la lectura. Por lo menos en la modalidad contemporánea, que tiene esa fiebre medio rocker de conocer al autor. A mí me sirve para conocer a los autores que no conozco porque viven y editan lejos. Y a los lectores, que me interesan todos y de todos lados".

"No tengo gran experiencia en festivales literarios -mencionó el escritor argentino Sergio Chejfec, encargado de las palabras inaugurales de esta edición-. Tengo la impresión de que lo más destacable pasa por la concentración de actividades; eso más o menos celebratorio, pero sobre todo yuxtapuesto y copioso, que reside en la idea de festival".

"Otro aspecto importante -señaló el autor de "Hacia la ciudad eléctrica"- es el carácter público: los festivales son abiertos y pretenden ser bastante masivos. Mantienen una relación necesaria con el número. En un punto son como algunos mitines partidarios en los que políticos y gente encuentran la oportunidad de comunicarse sin mediaciones".

Según Chejfec, "el ´festival´ es interesante como mecanismo de materialización de un público, que no coincide necesariamente con el público de un autor, de varios, o de la literatura en general".

Sobre la producción literaria de Azul, el autor de "La experiencia dramática" explicó que "no es fácil conocer todo; y también es problemática. Uno tiene un conocimiento acotado, y su perspectiva no obedece tanto a ese conocimiento como al lugar imaginario o real desde donde se mira".

"Eso puede dar resultados buenos, malos o neutros, independientemente de los preconceptos. Desde otro punto de vista, creo más en las miradas desde lo incompleto o parcial, o desde los rincones o desde una minoría, y no en proyecciones que se proponen como muy abarcadoras", analizó.

Y apuntó: "un festival literario es un evento literario pero quizá sea más ajustado enfocarlo en términos sociológicos o similares. Es verdad que para muchos hay una experiencia privada de un festival público, tanto si son participantes como asistentes, pero los efectos literarios de un festival son mucho menos tangibles que los efectos públicos".

"¿La idea es que se produzca una conversión instantánea en los no lectores y pasen a ser lectores al día siguiente? -se preguntó Chejfec sobre el alcance de los festivales-. Probablemente no. Supongo que el objetivo pasa por una especie de construcción pública de lo literario; una presencia".

"Extraerlo momentáneamente del interior de las tapas de los libros y levantar una forma de familiarización con aquello que muchos no conocen pero saben que existe en distintos grados de realización", remató.

Fuente: Télam

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