Durante los años en los que se dedicó a pintar dejó más de 2.200 obras catalogadas, entre las que se destacan “Defensa del Parque de Artillería de Monteleón”, “El crit del palleter”, “La vuelta de la pesca”, “La playa de Valencia” y “Triste herencia”, entre otras.
En 1920, mientras pintaba el retrato de la señora Pérez de Ayala en el jardín de su casa en Madrid, padeció un ataque de hemiplejía que mermó drásticamente sus facultades físicas y mentales. Murió tres años después en su residencia de Cercedilla