Al momento de su deceso, el Padre Juan tenía 81 años de edad, y estaba próximo a cumplir los 82, ya que había nacido el 25 de junio de 1928, en España.
Llegó a la Argentina el 10 de junio de 1956, y a Catamarca en 1970, donde permaneció durante más de 30 años.
Pertenecía a la congregación religiosa de los Claretianos, que atienden a la comunidad parroquial del Inmaculado Corazón de María, en la ciudad capital, cuyos miembros supieron de su entrañable servicio a la Iglesia, desde su consagración sacerdotal.
Era un apóstol de Cristo y un misionero incansable. Los hermanos de la actual parroquia de San Nicolás de Bari lo vieron recorrer sus calles y construir el templo con esfuerzo y dedicación.