El autor, catedrático de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Durham (Carolina del Norte), estuvo a cargo durante varios años de la cuarta versión del Manual Diagnóstico y Estadí­stico (DSM), que fija jurisprudencia sobre las diferentes patologí­as mentales y funciona como una suerte de sagrada escritura para los psiquiatras.
Ante la aparición de una nueva versión del DSM que incrementó la documentación de patologías y tiene correlato en una inagotable ofensiva farmacológica, Frances decidió ejercer un poco de autocrítica y escribió un texto cuya tesis central es la disolución -fogoneada por la psiquiatría- de las fronteras entre lo normal y lo patológico.
Frances asegura que mientras la idea de normalidad en tanto construcción social se ve asediada por una diversidad de saberes que van desde la sociología a la filología -la dificultad para calibrar los alcances del vocablo abarca también a los diccionarios- los conglomerados farmacéuticos aprovechan esta dispersión para expandir las fronteras de los diagnósticos y viralizar entre la población la condición de enfermo mental.
La quinta edición del DSM ha sido sin duda la más polémica, acaso porque aparecen categorizadas como patologías algunas cuestiones que para muchos psiquiatras no constituyen una enfermedad mental. Y mientras algunos trastornos como la adicción al sexo o a internet fueron finalmente revisados, otros permanecen y contribuyen, según la mirada del autor, a "psiquiatrizar" más a la sociedad.
Fuente: Télam