La levedad del soporte y los pigmentos propios de la técnica empleada se adensa en la corrosiva visión del pasado y el presente argentinos que Eguía articula impiadosamente.
En los planteos críticos, Eguía se mueve con comodidad, los acidula con la maestría del oficio de acuarelista, lenguaje que no admite componendas ni arrepentimientos y que en la muestra se apropia de la cita de cuadros emblemáticos de Angel Della Valle, Eduardo Schiaffino y Eduardo Sívori. (Télam)