Catamarca
Jueves 28 de Marzo de 2024
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Ferrez, voz de un Brasil marginal que se resignifica día a día

Instalar la literatura periférica como eje de San Pablo en la Feria del Libro de Buenos Aires "no es hipócrita ni estigmatizante, somos nosotros mismos los que nos llamamos periferia, los que resignificamos a diario esa denominación a través de la cultura", dijo Ferréz, referente de ese movimiento.
Instalar la literatura periférica como eje de San Pablo en la Feria del Libro de Buenos Aires "no es hipócrita ni estigmatizante, somos nosotros mismos los que nos llamamos periferia, los que resignificamos a diario esa denominación a través de la cultura", dijo Ferréz, referente de ese movimiento.

"Toda feria es elitista, pero siempre la periferia está presente. Al final son los porteros, mozos, los encargados de seguridad y el servicio de limpieza los que se me acercan y me felicitan por lo que escucharon. Ese es el motivo de mi esperanza", fue su presentación en la Alcaldía paulista, responsable de la actividad que desarrollarán 150 artistas y escritores desde el 24 de abril en La Rural.

Autor de "Manual práctico del odio", obra de culto que narra la violentada realidad de los favelados, Reginaldo Souza da Silva presentará dos obras inéditas en Argentina -la novela "Dios se fue a almorzar" y el cuento infantil "Amanecer Esmeralda"- cuando del 9 al 11 de mayo visite la feria como parte de la delegación de San Pablo, ciudad invitada en esta 40 edición.

"Yo soy un escritor militante, un joven que se crió en la favela Capao Redondo: a los seis años vi cómo un hombre acuchillaba a una mujer, tenía 11 cuando vi mi primer muerto y sabía que no tenía que ser así; la literatura fue mi válvula de escape", rememoró.

Empezó a escribir porque "cuando contaba lo que ocurría en la periferia, los que no vivían ahí no podían entenderlo, no entendían cómo vivimos sin infraestructura, transportes, ni medicamentos entre muchas otras carencias".

Su "Manual..." es un ejemplo: "Al momento de escribirlo estaba desempleado y salía con una chica que vio cómo mataban a su padre y a su hermano frente a ella".

En los tres años que le llevó la escritura de ese texto (2003-2005) murieron ocho amigos suyos favelados, "hasta el criminal mismo, una cosa muy extraña, por eso yo quería mostrar un poco cómo era la vida ahí, cómo Brasil está tirando a la basura la vida de muchos jóvenes por la violencia".

Si en sus primeros libros, como "Capao pecado", su intención fue "rescatar las causas sociales", en los posteriores buscó además desentrañar las luchas internas de sus personajes en ambientes crudos e impiadosos.

Así, "´Capao...´ fue elogiado por favelados que se identificaban con la historia y el ´Manual...´ por los bandidos y presos que pudieron ver el crimen desde otra óptica", rescató Ferréz, quien encuentra en la literatura una herramienta de reivindicación y transformación que extiende su compromiso social hasta el punto de organizar proyectos educacionales para niños.

En este contexto surgió "Amanecer Esmeralda", un libro infantil cuya protagonista "no es una princesa rubia; es una niña negra que está en una favela cuyo padre bebe y su madre se hace cargo de todo, que comienza cuando el profesor le da un vestido y eso hace que empiece a cambiar su forma de ver el mundo, el registro de su autoestima".

"´Estás loco si vas escribir para mujeres y negras, no vas a vender nada´, me dijo mi editora, pero se transformó en uno de los libros míos más vendidos", recordó entre risas.

"Cuando lo publiqué -rescató- una mujer me llamó porque su hija era mi fan, la fui a visitar y vi que era parapléjica, tenía hasta las mismas trenzas afro que Esmeralda, me dijo que quería parecerse a ella, una princesa negra, algo que es muy importante porque el brasileño tiene mucha dificultad en verse con su color".

Las figuras femeninas particularmente fuertes de su literatura responden a la realidad de esa periferia.

"Detrás de un criminal siempre hay una mujer muy fuerte. La que lo visita en la cárcel, mantiene a su familia y hacen de padre y madre. Muchas veces son las abuelas las cabezas de esas familias" en las favelas.

Ferréz creó además el proyecto educacional Interferencia, en el que 65 niños asisten a diario después de la escuela porque "no había espacio para los niños" en las calles de la favela, lo que lo llevó a "comprar la casa de un chico gay que habían matado por su condición sexual" y armar el proyecto junto a una psicopedagoga.

En este marco destacó la importancia de los libros en un ámbito donde la lectura puede ser motivo de agresión: "Infelizmente yo no puedo decir que a mí me hayan ayudado. Yo quería ser diferente a mis amigos, muchos de ellos muertos, y ahí estuvieron mis lecturas. Por eso digo ´fico puto´ cuando me dicen que la literatura no sirve para nada", concluyó.

Fuente: Télam

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